Luego de catorce años, el futbolista colombiano James Rodríguez regresó a la Copa Libertadores. En 2010 la jugó con Banfield luego de ganar la Liga de Argentina y ahora la disputa con Sao Paulo, campeón de la Copa de Brasil.
Su vuelta al torneo de clubes más importante del continente no fue positiva. La jornada empezó bien con la confirmación de su titularidad en el ‘Tricolor Paulista’, pero el balance no fue satisfactorio.
El colombiano dio ciertas pinceladas de su calidad individual, sobre todo con algunos pases verticales punzantes como los que le caracterizan. Pero no fue del todo desequilibrante porque, a decir verdad, su equipo jugó mal y él no se lo pudo ‘echar al hombro’.
Talleres se adelantó en el tiempo de adición de la primera mitad con gol de Ramiro Ruiz, y empezando la parte complementaria duplicó la ventaja gracias al volante creativo Rubén Botta, el mejor jugador del partido.
Esa segunda anotación derrumbó la moral de los brasileños durante unos minutos, y ahí fue cuando el director técnico Thiago Carpini decidió sustituir a James. El cucuteño salió de la cancha en el minuto 65, y en el 66 llegó el descuento de su equipo. El gol fue anotado justamente por su reemplazante, Luciano.
Justo después de esa anotación, el otro colombiano que estuvo en el partido, Juan Portilla, de Talleres, fue amonestado por hacer airadas protestas al árbitro central. El volante defensivo tuvo una aceptable actuación.
Con el gol, el ‘Tricolor’ quiso envalentonarse para atacar y lograr el empate, pero le faltó la claridad ofensiva de la cual había carecido antes. En la última jugada tuvo un cabezazo muy peligroso que fue atajado por el portero Guido Herrera, de Talleres, se quedó con los tres puntos.