Desde entonces sí se toman el tema con seriedad en el fútbol colombiano
Este 24 de octubre se han cumplido 22 años de la tragedia de Pance. Allí, en el entrenamiento del Deportivo Cali, se produjo la muerte de dos futbolistas, el volante Herman Gaviria y el delantero Giovanni Córdoba.
El equipo ‘azucarero’, en tiempos mucho mejores que los actuales, era líder del Campeonato Colombiano. En una práctica por la tarde se entrenaba la plantilla profesional con un juego entre los titulares y los suplentes. Se preparaban para el clásico contra el América.
Bajo la intensa lluvia empezaron a verse destellos en los cielos, seguidos por truenos que asustaban. No había la conciencia que hay hoy al respecto.
Hubo un rayo que sí cayó en la cancha. Los 22 jugadores quedaron tendidos en el suelo, al igual que el director técnico, Óscar Héctor Quintabani. Poco a poco se fueron parando para buscar resguardo. Algunos necesitaban ayuda para moverse.
En cuestión de segundos, se dieron cuenta de que había dos jugadores que no se movían. Eran el volante defensivo Herman Gaviria y el delantero Giovanni Córdoba, dos jugadores estelares del equipo vallecaucano.
La imagen del centrocampista, conocido como ‘Carepa’ por su tierra natal en Antioquia, era impactante. Por sus guayos salía humo porque había recibido la mayor parte de la descarga. Era obvio que estaba muerto; no había nada que hacer.
Con el atacante hubo esperanza y rápidamente lo llevaron a la Clínica Valle de Lily, pero falleció tres días después. Para colmo de males, su hermano menor, que también fue futbolista, tuvo otra muerte trágica por un accidente de tránsito. Irónicamente, se llamaba Herman, igual que el ‘Carepa’.
