Se alega falta de trasparencia en la información oficial
Según lo reporta el medio británico The Guardian, 6.500 migrantes que trabajan como obreros en Catar han muerto desde el 2010, cuando se supo que el país del Medio Oriente organizaría la Copa Mundial de 2022.
Esta cifra corresponde a fuerza laboral que ha llegado desde India, Bangladesh, Pakistán, Nepal, Sri Lanka. Según las cuentas, un promedio de doce personas dedicadas al desarrollo de infraestructura han muerto semanalmente en Catar durante los últimos diez años.
El registro de estas muertes proviene de fuentes gubernamentales de los países de las víctimas, que son muchas más si se tiene en cuenta que no se conoce la información de los gobiernos de otros países que también tienen fuerza laboral en territorio catarí, como Kenia y Las Filipinas. Además, la investigación no incluye las muertes ocurridas en los últimos meses de 2020 ni los primeros de 2021.
No está documentada la ocupación específica ni el lugar de trabajo de los fallecidos, así que no se sabe con certeza cuántos de ellos murieron trabajando en la infraestructura de la Copa Mundial. Sin embargo, se asegura que “una proporción muy significativa de los trabajadores migrantes que han muerto desde el 2011 solo estaban en Catar porque este país ganó el derecho de organizar la Copa Mundial», como lo dijo el experto Nick McGeehan, director de FairSquare Projects, un grupo de abogacía especializado en derechos laborales en el Golfo.
No todas las muertes relacionadas con el campeonato orbital ocurrieron en obras específicas del torneo. Cabe aclarar que la celebración del Mundial en Catar implica, además de la construcción de escenarios futbolísticos, el desarrollo de una compleja infraestructura extradeportiva. Se ha construido un aeropuerto, vías, sistemas de transporte público, hoteles y toda una nueva ciudad donde se jugará la final del torneo.
El cuestionamiento hacia el Mundial
Se entiende que el verdadero problema en Catar no es el Mundial sino las condiciones de semiesclavitud laboral que permite el Estado en ese país, con jornadas laborales demasiado extensas a cambio de salarios miserables y bajo condiciones laborales inseguras e insalubres.
En lo que respecta al Comité Organizador del Mundial, las críticas se enfocan en la falta de transparencia con respecto a la información divulgada sobre las muertes ocurridas.
Se han reportado 37 decesos ocurridos específicamente en la construcción de los estadios de fútbol, y 34 han sido clasificados como «no relacionados con el trabajo». Expertos han cuestionado esta expresión porque «en algunos casos ha sido usada para describir muertes ocurridas en funciones laborales», incluyendo algunos trabajadores que murieron en los escenarios deportivos.
La Fifa también es duramente criticada por otorgarle la responsabilidad de organizar un evento de la magnitud de un Mundial de fútbol a un país con políticas laborales esclavistas. Esta decisión del ente rector del balompié orbital se dio en una época de comprobados actos de corrupción por parte de la institución.
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