No soy oncólogo ni tampoco me dedico, como nutricionista, a tratar pacientes con cáncer. Así que la terapia nutricional y tratamiento médico se lo dejamos al nutricionista 100 % clínico y al médico oncólogo.
La dieta cetogénica puede ser útil en el tratamiento terapéutico de múltiples trastornos neurológicos, epilepsia, alzheimer, parkinson, trastornos del sueño, autismo, esclerosis múltiple, control glucémico en diabetes tipo 2, obesidad, hipercolesterolemia, síndrome de ovario poliquístico, y bien manejada como una estrategia más para la mejora de la composición corporal.
Ahora, quienes no usan la dieta cetogénica como estrategia, sino que son fanáticos de ésta, argumentan que ‘trata’ o ‘cura’ el cáncer y, gracias a esto, algunas personas en Estados Unidos se han hecho millonarias vendiendo libros basura.
Argumento vulgar: ‘limitar la cantidad de glucosa a la célula cancerígena hará que ésta pare de crecer’. ‘Keto inhibe mTOR, keto activa sistema ubiquitina-proteosoma’. Aunque la biología molecular explica algunos posibles mecanismos, esto no es determinante, pues la etiología del cáncer es multifactorial.
Evidencia disponible: no hay pruebas suficientes para respaldar los efectos beneficiosos de la dieta cetogénica como terapia antitumoral y además se necesita más investigación para estudiar tamaños de muestra mayor, momentos de intervención, gravedad de la enfermedad, estado nutricional del paciente, tipo de cáncer y adherencia a este tipo de estrategia.
Comentario adicional sobre la dieta ‘keto’
Debería ser rica en compuestos bioactivos y fitoquímicos, es decir, conservando un patrón mediterráneo antiinflamatorio y no la vulgar ‘cetogénica americana proinflamatoria’ que vemos rondando en las redes.
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