María Angélica Manrique es una colombiana que en un viaje a Estados Unidos se enamoró de un militar de Israel y terminó formando una familia en el país de él. Aunque es comunicadora social de profesión, se ha dedicado a entrenar atletas en Medio Oriente. Está de vacaciones en su natal Cartagena, y Revista La Liga aprovechó para hablar con ella sobre la exótica vida que lleva.
¿Cómo es que una periodista colombiana termina dedicándose al entrenamiento deportivo en Israel?
Yo llegué a Israel con intención de ejercer el periodismo. Pero yo vivo en el norte del país, y lo mejor para esta profesión en Israel es vivir en el centro, entonces dejé a un lado la comunicación. Luego de que tuve a mi tercera hija, empecé a trotar porque mi esposo, que es ultramaratonista, me metió en el running para que yo me activara físicamente. Empecé con distancias cortas, y en la medida que mejoré mi capacidad me enamoré de esto.
¿Y cómo pasar de ser una atleta aficionada a ser una entrenadora reconocida?
Hay muchos grupos de corredores en Israel, pero no con vocación de ir formando a los atletas que empiezan desde cero, y ahí vi una oportunidad. Como el periodismo no se me daba, decidí capacitarme en el entrenamiento deportivo en Tel Aviv.
¿Y cómo fue la experiencia?
Luego de graduarme abrí grupos para personas que querían animarse a trotar, no pensando en competir sino en llevar un estilo de vida saludable y activar su cuerpo sin sufrir lesiones. Mi proyecto tuvo éxito y terminé formando Vida, un club de running en el que tengo aproximadamente ochenta personas.
¿Qué tipo de gente llega a Vida?
Son principalmente personas de edad madura, mayormente mujeres, muchas madres de familia, que quieren hacer algo chévere, diferente, que les cambie la rutina. Israel es un país con un ritmo de vida muy rápido y medio estresante. Las personas necesitan alguna actividad que les dé un respiro de sus rutinas. Además, como el running en vez de agotarte físicamente te da energías, la gente que lo descubre quiere seguir para afrontar la vida tan ajetreada que hay allá.
¿Y cómo son los pupilos? ¿Qué tal les va?
Son muy buenos. Por un lado, soy muy dedicada a mi trabajo para que ellos estén bien orientados. Y el running es tan apasionante que la gente se consagra a trotar con juicio. Por ejemplo, ahora que estoy en Colombia les dejé un plan de entrenamiento, y lo han seguido con mucha disciplina.
Supimos que el portafolio de servicios de Vida se ha ampliado. ¿Recientemente organizó una carrera?
Sí, la embajada de Colombia en Israel se enteró de lo que yo hago y me contactó. Me propuso organizar una carrera recreativa para los colombianos en Israel como parte de la celebración del día del migrante colombiano en todo el mundo. Lo hicimos en el centro de Tel Aviv, que es la ciudad donde más compatriotas tenemos, y fue un evento excelente, con dotación para los corredores, música, gran colorido y un recorrido muy técnico. Como hubo una buena convocatoria que incluyó no solo a los colombianos sino a la comunidad latina, esperamos seguir haciéndolo y contar con el apoyo de otras embajadas para que la carrera crezca y llegue a convertirse en una tradición.
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