El efecto Xavi ya es una realidad en el Barcelona. Aunque tuvo un inicio complicado con la eliminación de la Champions League y muchas voces en contra, el técnico español confió en su capacidad y trabajo para darle vuelta a una situación que se antojaba muy compleja. Su antecesor le entregó un equipo destruido anímica y futbolísticamente, y sin ningún tipo de identidad de juego.
Xavi Hernández se encontró con un puñado de jugadores que no creían en sus capacidades y que habían olvidado por qué jugaban en un equipo tan grande como el Barza. Tomar el equipo después de un inicio de temporada complicado y con dos eliminatorias en juego fue algo muy complejo; de hecho, perdió tanto en Champions como en la Copa de Rey. Ya se esperaba lo peor, pero Xavi siguió trabajando fiel a sus convicciones y fue devolviendo la identidad a un equipo que no había vuelto a competir y se sentía inferior a los rivales competitivos.
Lo primero fue recuperar la confianza de los jugadores insignias del equipo. Se enfocó en traer de vuelta a Gerard Piqué, Sergio Busquets y Jordi Alba, y con ellos estableció la columna vertebral del equipo culé. Les entregó todo el respaldo y en los últimos partidos los ha llevado a un rendimiento excepcional, tanto que se les está viendo como en una segunda juventud.
Para desarrollar su proyecto, el ‘motor’ necesitaba jugadores que sintieran la sangre del Barcelona; así que creyó en las jóvenes promesas de la cantera y les dio una oportunidad. No tuvo miedo de alinear a estos jugadores y los llenó de confianza. El resultado ha sido excepcional: Nico y Gabi le han respondido de la mejor manera y pasaron de ser promesas a consolidarse como grandes figuras del equipo catalán.
Un capítulo aparte es lo que ha logrado Pedri de la mano de Xavi. El técnico lo esperó hasta que se recuperara de su lesión y le fue dando el mando del equipo. El ingreso del joven volante al equipo fue transformando la forma de jugar; el medio campo volvió a tener personalidad, algo que se había perdido con Ronald Koeman y que se extrañaba. El nuevo técnico le ha transmitido todo su conocimiento, y se ve a un jugador mucho más atrevido y lleno de confianza, que está llevando los hilos del equipo culé de una forma extraordinaria.
Muchos quisieron poner en el mercado a grandes figuras del equipo porque ya no daban la talla, y los veían fuera para bajar la masa salarial del club. Pero Xavi se empeñó en sacar lo mejor de estos jugadores porque les veía el potencial para llegar al nivel que los trajo al equipo culé. Los casos más sonados son los de Frankie de Jong y Sergiño Dest, quienes estaban con un pie afuera del equipo, y los ha recuperado. Les dio la confianza que necesitaban, les hizo creer que podían volver a retomar su forma y les corrigió los errores tácticos que venían cometiendo. El resultado: dos grandes jugadores que vuelven a dar un gran aporte al equipo y justifican su presencia en el club azulgrana.
El mercado de fichajes es un capítulo aparte. El técnico apostó por jugadores que en sus equipos no estaban pasando por un buen momento y que podían venir al Barcelona sin problema porque muy pocos clubes se hubieran interesado en contratarlos. De hecho, sus conjuntos los dejaron salir sin problema. El resultado no pudo ser mejor porque Xavi los está recuperando, ha logrado que se sientan valorados y ha encontrado en ellos un aporte significativo al equipo. Ya han logrado más asistencias y goles que otros jugadores que son llamados a triunfar en esta liga y no han logrado despegar.
Ha manejado la situación de Ousmane Dembélé de la mejor forma. Cuando no renovó su contrato no lo convocó y le hizo ver que no contaba para el equipo; pero ante la negativa del jugador a salir del equipo, vio que tenía un diamante en bruto y no lo ha desaprovechado. De a poco ha ido puliendo la mejor versión del francés y, aunque seguramente no lo pondrá de titular, sí le ha mostrado que cuenta con él y que puede ser una alternativa importante para el club. Tal vez hasta se anime a seguir en el equipo ahora que tiene un entrenador que confía en él y que puede sacar lo mejor de su fútbol, algo que no han logrado sus antecesores.
Finalmente, Luuk de Jong es un jugador que no tiene el ADN del Barcelona, pero que Xavi ha sabido potenciar y utilizar de la mejor manera. El técnico lo llenó de confianza y el neerlandés ha respondido, tanto que cada vez que entra al campo marca un gol sin importar si juega cinco o diez minutos. Eso se llama complicidad, y solo la logra un entrenador que saca lo mejor de sus jugadores.
Lo que está haciendo Xavi Hernández es una locura. Les ha callado la boca a muchos contradictores y está poniendo al Barcelona en el lugar que se merece. Aunque sigue lejos de la punta en La Liga, seguramente va a terminar en zona de clasificación a la próxima Champions, y tal vez alcance a darle un buen susto al Real Madrid. También sigue optando por la Europa League; si bien no es un torneo muy prestigioso, sí le devolvería la ilusión a una afición que necesita volver a ganar títulos.