El futbolista Quincy Promes, quien recientemente jugó en la Selección de Países Bajos, fue hallado culpable y condenado por apuñalar a un primo. Durante una fiesta de cumpleaños, el jugador hirió a su familiar en una pierna en medio de una pelea por un collar robado.
El delantero al servicio del Spartak de Moscú, quien se había declarado inocente ante el cargo de intento de homicidio involuntario, fue sentenciado a pagar 18 meses de prisión. Lo inaudito es que Promes ni siquiera asistió a su juicio, pues está en Rusia aunque su club terminó la temporada hace dos semanas.
Eso sí, el abogado del deportista, Robert Malewicz, le dijo a la agencia neerlandesa de prensa ANP que su cliente «está decepcionado» por el dictamen de la Justicia y que recurrirá la decisión.
Ahora bien, la Fiscalía comentó que era «apresurado» solicitar la extradición de Promes. Eso se debería, en parte, a que el jugador todavía enfrenta otro cargo penal del cual puede defenderse en libertad. Fue acusado de narcotráfico por, presuntamente, haber importado 1.300 kilogramos de cocaína.