Las polémicas de la Copa Betplay por los penaltis

Las controversias se originaron en los penaltis

Dos de los partidos de vuelta de los octavos de final de la Copa Betplay Dimayor tuvieron grandes polémicas. Esos juegos fueron Independiente Santa Fe vs Deportivo Cali y Junior Club vs Cúcuta Deportivo, justamente los compromisos que fueron transmitidos por televisión.

A primera hora, jugando como local Santa Fe derrotó 1-0 al Cali con gol de Jersson González, con lo cual la serie quedó 2-2 luego de que los ‘azucareros’ hubieran ganado 2-1 en la ida. Como la eliminatoria quedó empatada, el ganador se definió en tiros desde el punto penal, y ahí llegó la polémica.

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Mientras el portero del equipo visitante, Johan Wallens, intentaba atajar el primer cobro del conjunto bogotano, uno de los recogebolas de Santa Fe robó los apuntes que tenía el guardameta sobre los pateadores del local. Esto mismo pasó en la final de la última Liga, entre Millonarios y Nacional.

Sergio Herrera, el asistente técnico del Cali, se percató de esto y se acercó a esa zona para reclamarle a la gente de Santa Fe y al cuerpo arbitral liderado por Éder Vergara. Se formó una pelea en el arco sur del estadio El Campín.

Luego, mientras avanzaba la tanda de penaltis, hubo otro conflicto en la zona de los banquillos que tuvo como protagonistas a uno de los asistentes técnicos de Santa Fe y a Jhon Vásquez, jugador del Cali, quienes terminaron expulsados. Los hechos no son muy claros; según parece, desde la zona ‘cardenal’ irrespetaron al rival, y Vásquez se acercó al banquillo santafereño para pelear. Allí se formó una trifulca en la que estuvo muy activo Hubert Bodhert, técnico local, quien se manoteó con el extremo del Cali.

Luego de que el ambiente se calmó, continuaron los penales y Santa Fe ganó 3-1 gracias a tres atajadas de su arquero, Juan Daniel Espitia. Entonces hubo una tercera pelea, que no se vio por televisión sino en redes sociales. En la zona mixta, de camino a los vestuarios, se formó otra riña.

También hubo polémica por el punto blanco

A segunda hora el Junior recibió al Cúcuta Deportivo, que había ganado 4-3 como local en el juego de ida. Los ‘tiburones’ se adelantaron con gol de Carlos Bacca, con lo cual igualaron transitoriamente la serie. Pero Jonathan Agudelo empató el partido en favor de los ‘motilones’.

La polémica llegó en el final del partido en dos jugadas consecutivas. La primera fue porque el árbitro Héctor Rivera no sancionó un tiro de esquina muy claro en favor de los visitantes sino que dio saque de meta para el Junior. De ahí surgió un ataque del equipo local que terminó con un penalti.

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Vladimir Hernández tiró a la portería del Cúcuta, y el balón pegó en el codo derecho de Mauricio Duarte. Es una acción difícil de juzgar porque el defensa cucuteño pone los brazos detrás de su tronco, una medida para evitar que la pelota le pegue en la mano, pero no tuvo sus extremidades pegadas a su espalda.

En el momento del disparo el capitán de los ‘motilones’ giró su cuerpo, y el balón rebotó en su codo mientras este estaba alejado del tronco, lo cual podría interpretarse como ampliación de su volumen corporal, aunque tuviera los brazos hacia atrás. Pero, por otro lado, Duarte se iba cayendo cuando la pelota lo contacta, y pareciera que ya estaba acercando sus extremidades a la espalda, así que esa ampliación de su volumen es leve.

Finalmente Luis ‘Cariaco’ González capitalizó ese penalti e igualó la serie, que se fue a definición en tiros desde el punto penal. En esa instancia se impuso el Cúcuta 4-3, eliminando al Junior.

Esa nueva frustración del equipo de Barranquilla desató una nueva polémica, fijada en la continuidad del técnico Hernán Darío ‘Bolillo’ Gómez. Quedar fuera de ante un equipo de la segunda división es un tremendo fracaso para el club con más inversión del fútbol colombiano.

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