El arquero argentino ahora tiene el récord de más penales atajados con Boca en Copa Libertadores
Sin ganar un solo partido en las llaves de eliminación, así se clasificó Boca Juniors a una nueva final de Copa Libertadores, la primera desde el 2018 cuando cayó en Madrid ante el Rober Plate de Rafa Santos Borré y un gran Juan Fernando Quintero.
La clasificación del equipo de Almirón se dio, justo como la de Racing, por definición desde el punto blanco de la pena máxima, en donde «Chiquito» Romero se hizo grande, tal como han titulado la mayoría de medios de comunicación deportivos.
Como si fuera poco, con esta hazaña, Romero superó a dos históricos arqueros de Boca, entre ellos a Óscar Córdoba, leyenda del arquero Xeneize en la década de los 2000.
Solo en esta edición, Romero lleva seis tiros atajados en pena máxima, superando a Córdoba y el «Pato» Abondanzieri, con la particularidad que el arquero subcampeón del mundo en 2014 lo ha hecho en una competición, mientras que sus colega colombiano lo hizo en dos torneos distintos.
Córdoba le atajó dos penales a Palmeiras en la final de 2000 (uno de ellos a Faustino Asprilla); dos en las semifinales del 2001 ante este mismo rival y uno en la final ante Cruz Azul de ese mismo año.
Abondanzieri, por su parte, le atajó los cinco penales en la edición de 2004 (Sao Caetano, River y Once Caldas), en la que Once Caldas se coronó campeón.
Un dato no menor para un arqueo que lleva 12 de los 23 penales atajados desde su arribo al equipo de la Rivera y que suman a su palmarés, en el que acumula 21 cobros atajados en su carrera.
Romero pinta como una de las claves con las que Boca Juniors espera obtener una nueva Copa Libertadores y sumarse a la lista de máximos ganadores de este certamen (registro que lidera Independiente de Avellaneda) cuando enfrente prácticamente de visitante a Fluminense en el Maracaná de Río de Janeiro, por su puesto, a partido único.