Todavía no es muy claro entender qué le pasa al Manchester City en los partidos decisivos de la Uefa Champions League.
Lo vimos sufrir frente al Atlético en el juego de vuelta en donde terminó pidiendo tiempo y por poco le empatan la serie.
Algo extraño en un equipo que juega tan bien al fútbol, pero que sufre cuando le toca meterse atrás y aguantar un marcador y no fue diferente lo que paso frente al Real Madrid.
Los ‘ciudadanos’ jugaron un excelente partido hasta el minuto 90, cuando tenían todo controlado, pero no pudieron sobrevivir a dos jugadas cuando el Real se fue en busca de la hazaña y terminaron perdiendo la ventaja de dos goles.
No creo que se pueda hablar de desconcentración en un equipo que tiene un trabajo táctico y técnico como el de Pep Guardiola y en el que cada detalle se trabaja para cada encuentro.
Los jugadores ya estaban advertidos de la capacidad de reacción del Real y sin embargo parecían atónitos al ver cómo le daban vuelta al marcador, algo que no tenía sentido cuando se había controlado un partido durante 90 minutos.
Tampoco creo que sea un tema de jerarquía como dicen muchos y que el City sea un equipo sin historia.
Si bien se ha armado con una chequera muy amplia, es un conjunto que se ha trabajado y que tiene una idea excepcional del fútbol, la cual muestra cada ocho días en la Premier, torneo del cual es líder y en el que le esta ganando ni más ni menos al finalista de la Champions.
(Ventana de Campeones para los finalistas en Europa)
Otros dicen que Pep se equivocó con los cambios porque trato de cerrar el partido, pero si no los hubiera realizado, le hubieran caído porque le igualaron el encuentro y no hizo nada para aguantar y asegurar el resultado.
Yo creo más en que al City le cuestan mucho estos duelos de ida y vuelta y cuando no asegura la serie en el primer partido, va a jugar condicionado el segundo, por lo que no se puede permitir ningún error.
Cuando uno mira hacia atrás se encuentra con que quedaba eliminado por el gol diferencia que se otorgaba a los equipos visitantes.
Ya sabemos que el City cuando sale al ataque deja muchos espacios que los demás equipos aprovechan para ir al contragolpe y fue en varios encuentros que se quedo afuera por ese ítem.
Recuerdo especialmente lo que le paso frente al Tottenham cuando se quedaba por fuera por los goles marcados de visitante por su rival inglés.
Este año su principal aliado fue que no se tuvo que preocupar por los goles de visitante que podría recibir, pero en los partidos decisivos no marco diferencia de local y tuvo que ir a sufrir para cerrar la serie.
Cuando vemos el comportamiento del City en la Primer no encontramos estas dudas, su equipo juega con una seguridad pasmosa.
De hecho, solo ha recibido 21 goles, con un promedio de 0,60 por partido y con 89 a favor, es decir que tiene una diferencia positiva de 68, algo impresionante para una liga tan competitiva.
¿Entonces cómo se explica que un equipo que tiene semejante regularidad en su liga reciba en dos partidos 6 goles que lo dejaron por fuera de la final de Europa?
Cuando se revisan las opciones de gol que tuvo el City y el Real encontramos que la diferencia se marcó en la efectividad frente al arco rival.
Los ‘ciudadanos’ tuvieron el mismo número de disparos al arco que el Real (14 vs 15), pero al final lo que cuenta son los 3 goles que el Real metió en 5 minutos y que no pudieron meter el City.
(En Inglaterra dan por hecho el fichaje de Erling Haaland)
El responsable de esto es el mejor arquero de la actualidad: Thibaut Courtois fue un gigante en los dos partidos.
Con sus atajadas evitó que su equipo recibiera una goleada monumental en la ida y que en la vuelta el visitante no pudieran sentenciar la serie cuando estaban 1-0 arriba y tuvieron dos acciones muy claras.
Para mí el tema termina siendo más una cuestión de impotencia y de falta de reacción frente a una situación que los jugadores no supieron manejar y que les termina pasando factura.
No cerraron el partido cuando lo tenía que asegurar y no tuvieron la calma para recibir un gol que igualaba la serie y que los dejaba todavía en la final.
El peso del rival, su jerarquía, historia y un estadio empujando no les permito ver el panorama claro.
Solo tenían que controlar el balón y esperar que el tiempo adicional se consumiera, pero su ADN los invito a salir a jugar, dejando espacios que el rival supo aprovechar.
Pep queda señalado, al igual que sus jugadores, porque todos esperábamos una final inglesa que no se pudo dar, especialmente porque la superioridad en la serie los deja con la incapacidad de dejar en el camino a un equipo que era inferior, pero que les gano de historia y jerarquía.
Mauricio León L.