Desde antes de iniciar la temporada, estaba claro que el Tour de Francia iba a plantearse como un choque de trenes entre el Team Ineos, dominador del ciclismo de ruta mundial durante la última década, y el Jumbo-Visma, armado hasta los dientes para competirle al equipo inglés.
Por el lado del Ineos, la idea era que los tres capos del equipo en las anteriores temporadas, Egan Bernal, Christopher Froome y Geraint Thomas, midieran fuerzas para ver quién era el más fuerte, y ese sería el líder en el Tour. Con la incidencia de la pandemia en el calendario ciclístico, todo se iba a reducir a tres carreras, en las cuales los tres ciclistas iban a estar juntos, la Route d’Occitanie, el Tour de l’Ain y el Critérium du Dauphiné.
Desde la primera prueba se vio que el más fuerte, y por mucho, era Egan, aunque se esperaba un repunte de los corredores británicos. Pero en vez de mejorar, los dos empeoraron. La imagen que dejaron en el Dauphiné fue muy pobre, sobre todo en el duelo contra el Jumbo. Así como hubo un mano a mano de capos entre Bernal y Primoz Roglic, que fue ganado por el esloveno, también hubo un enfrentamiento de sublíderes. De un lado estuvieron los británicos, Froome y Thomas, y del otro los holandeses, Tom Dumoulin y Steven Kruijswijk. En esta disputa, los hombres del Jumbo-Visma arrasaron a los del Ineos.
Entonces el equipo inglés decidió darle un vuelco a su plan. Froome y Thomas ya no irán al Tour porque su capacidad actual no les permite ser un buen apoyo para Egan. Entonces, para respetar su rol y su palmarés, el Ineos decidió que estos veteranos serán los capos del equipo en las otras carreras grandes, con lo cual tendrán más tiempo para buscar su mejor forma. Geraint irá al Giro de Italia, y Chris, a La Vuelta a España.
Entonces el rol de sublíderes en la ronda gala fue encomendado a dos hombres jóvenes. Uno es el ruso Pavel Sivakov, de 23 años, el segundo hombre más fuerte de la escuadra que ha competido en Francia durante estas semanas. El otro es Richard Carapaz, quien iba a defender el título del Giro de Italia pero, ante la prelación del Tour entre los objetivos del Ineos y viendo el bajo nivel de Froome y Thomas, fue requerido por el equipo para acompañar a Bernal. Su condición actual, más allá de una caída en el Tour de Polonia, es buena, como lo demostró con una victoria de etapa en la carrera polaca.
Queda la duda sobre la actitud con la que el ecuatoriano afrontará en la Grande Boucle. Se recuerda que el año pasado salió en malos términos del Movistar Team porque pretendía un rol más protagónico, y lo iba a tener como líder del Ineos en el Giro, pero lo pierde, en teoría, al correr el Tour.
Pues el equipo británico nunca ha dado muestras de desobediencia entre sus ciclistas, que siempre han sido leales a la dirección de la escuadra y a la búsqueda de los intereses colectivos, más allá de quién sea el líder. Este año ya Carapaz le trabajó a Egan en el Tour Colombia, y aunque el reto del Tour es mucho más llamativo, se espera una buena actitud del ecuatoriano como escudero. Además, el cambio de equipo implicó una mejora significativa en su salario, y esa plata paga sumisión. Ya Dave Brailsford, director general del Ineos, dijo que el capo en Francia será Bernal, y la ‘locomotora de Carchi’ obedecerá.
La escuadra de licencia inglesa hace ajustes que parecen apropiados, pero el solo hecho que deba hacer tales ajustes demuestra debilidad, pues el plan inicial no funcionó. El equipo para el Tour es bueno, pero ya no es la máquina que infundía miedo a los rivales. El Jumbo-Visma parte como favorito, y será interesante ver la estrategia del Ineos para manejar la realidad de no ser el que lleva el mayor peso en la carrera.