El 16 de marzo de 1938 nació en La Paternal, Buenos Aires, un hijo prodigo de toda Argentina. Campeón del mundo en 1986 y finalista en 1990. Médico de profesión, pero entrenador por vocación. Así es Carlos Bilardo, el “Narigón” que hoy está cumpliendo 83 años.
Bilardo debutó en San Lorenzo como futbolista, pero su amor estuvo enlazado siempre con Estudiantes de la Plata, con quien se destacó en su etapa como jugador y entrenador. Tuvo un breve paso por Colombia (Cali) y España (Sevilla), en cada lugar a donde llegó, dejó su huella a través de las anécdotas.
Quizás una de sus historias más populares, aquellas que se robaron la emisión principal de los programas de deportes televisivos, fue la que protagonizó en 2004 en el estadio Monumental. Sí, el mítico estadio Antonio Vespucio Liberti, que por la segunda fecha del Clausura entre Estudiantes y River, fue testigo de como el “Narigón” sacó una bebida, visualmente como champaña, para beberla ante la mirada atónica de los miles de asistentes.
“¡Tiene Gatorei, se equivocó señorita! Tengo 50 años de cancha” fue la frase de aquella tarde en Núñez inmortalizada en la basta historia del fútbol gaúcho.
Pero no fue la única de las locuras del «Doc». Una de las cábalas congeladas en el tiempo, que pueden tener un origen en la época de entrenador de Bilardo, fue la de la frase “Kiricocho”: El gafe futbolístico del torneo Metropolitano del 82 ganado por Estudiantes, que se basaba en la surrealista situación de un hincha, cuya presencia provocaba una desgracia.
Bilardo, amante de ese juego místico del fútbol, lo utilizó a su favor para recibir a sus contrincantes, con el resultado más que claro: El título para los de la Plata. En ese torneo, Estudiantes solo perdió un juego, fue ante Boca, quién conociendo las travesuras de Bilardo, impidió que «Kiricocho» u otra persona externa recibiera al plantel. Desde ese entonces, decir «Kiricocho» (en especial antes de cobrar un penalti) es señal de mala suerte.
El ejemplo más reciente se vivió en Champions entre el Borussia Dortmund y el Sevilla, casi 39 años después.
Y así por el estilo, podríamos repasar la vida y obra de las cábalas del fútbol mundial, edición Carlos Salvador Bilardo, donde se incluyen también, los números y colores prohibidos para sus camerinos (el 13 y el 17; y el color verde); el cruce en la entrada a los rivales cuando saltaban a la cancha o la milimétrica planificación del tiempo de descanso.
Todo es susceptible a cábala con el Doctor.
Existe una anécdota, quizá muy poco documentada, que sucedió en Colombia, cuando “El Doctor” dirigía al Deportivo Cali (1976-1979). Carlos pedía sopa como primer platillo cuando el equipo debía jugar de visitante, ¡pero ojo! Ordenaba que nadie podía ir a tomarla. Bilardo hacía esto temiendo que algún rival realizará alguna intoxicación a la comida, y aunque nunca sucedió (al menos públicamente) terminó por convertirse en una cábala. (Vía Infobae a propósito de los 83 años de Bilardo).
Son varios los recuerdo del Doctor, quien hoy es recordado por sus éxitos y amor al fútbol. Actualmente sufre una enfermedad neurodegenerativa detectada a finales del 2018 y que lo ha alejado de la vida pública, donde se desconoce si ya está enterado del fallecimiento de Diego Maradona, Tata Brown y Alejandro Sabella.
Por lo pronto, desde Revista La Liga le deseamos un feliz aniversario a aquel técnico que nutrió de anécdotas y cábalas el hermoso arte del fútbol.
Vea el resumen con los mejor capítulos del «Doctor» Bilardo, cortesía TyC Sports: