Álvaro Montero; Sander Navarro, Andrés Llinás, Juan Pablo Vargas, Ómar Bertel; Daniel Giraldo, Juan Carlos Pereira; Daniel Cataño, David Silva, Daniel Ruiz; Leonardo Castro. Así es, en mi opinión, la mejor formación posible de Millonarios Fútbol Club para el primer semestre del 2024.
Por ahora los ‘embajadores’ han anunciado oficialmente dos fichajes, el arquero Diego Novoa, quién quedó libre de América de Cali, y el lateral derecho Delvin Alfonzo, cuyos derechos deportivos fueron comprados al Boyacá Chicó. Además, se sabe que llegarán el lateral izquierdo Danovis Banguero, de Águilas Doradas, y el delantero argentino Santiago Giordana, desde el club peruano Garcilazo.
Creo que estos cuatro futbolistas son buenos, pero no tan buenos. Tienen un mínimo aceptable de calidad, pero no un máximo satisfactorio. Serían excelentes suplentes, pero flojos titulares. Están muy bien para la competencia local, pero no para jugar por fuera. Corresponden a los objetivos de una institución que busca rentabilidad a partir de inversiones moderadas en jugadores que, según se espera, sean potenciados por un entrenador experto en eso, como lo es Alberto Gamero.
Suponiendo que Millonarios no contrate más refuerzos para su plantilla profesional masculina, con los jugadores que ya estaban en el club se seguiría formando el once ideal del equipo. Novoa llega sabiendo que será suplente de Montero; el Banguero reciente es inferior a Bertel; Giordana es una incógnita que no debería estar sobre la certeza de Castro.
La duda está entre Alfonzo y Navarro, pero yo me inclino por el segundo. En el tiempo que jugó antes de su lesión, considero que fue el segundo mejor lateral derecho del fútbol colombiano, después de Mateo Puerta. El venezolano es bueno, pero es más fácil destacarse en un equipo pequeño que en Millonarios, algo que ha hizo Sander.
En principio, los nuevos jugadores servirían para robustecer la nómina con tres propósitos: darle más y mejores alternativas al director técnico, fomentar la competencia interna para elevar la calidad de los titulares y tener un mejor equipo alterno para cuando deba rotarse la nómina en medio de un calendario atiborrado con demasiados partidos.
Estas tres cosas son necesarias y valiosas, pero muy probablemente insuficientes para lo que debería ser el objetivo principal de Millonarios en 2024, que es tener una buena actuación en la Copa Conmebol Libertadores.
La plantilla del club bogotano es buena para las competiciones nacionales, y sus fichajes parecieran apuntar a fortalecer un equipo que va a disputar la Superliga, la Liga y la Copa Colombia. Pero en el contexto suramericano Millonarios no mejora sus posibilidades de éxito con estos jugadores, al menos desde el análisis previo.
La crítica radica en que los ‘embajadores’ gozan de buena salud financiera y pueden invertir, manteniendo responsabilidad fiscal, en refuerzos de más jerarquía. Esto se aplica, sobre todo, en el ataque, pues los capitalinos hicieron pocos goles en función de las oportunidades que generaron en el segundo semestre de 2023.
Alguien diría que con ese modelo de bajos costos es que Millonarios ha triunfado recientemente, y por qué cambiar lo que ha funcionado bien. Pero sus logros han sido en el ámbito nacional; el exterior el club ha fracasado. Entonces por qué mantener lo que no ha funcionado si el objetivo de Millonarios es destacarse internacionalmente.