Con dos semanas corridas del Tour de Francia nos encontramos al frente de una demostración de poderío esloveno. Lo que han hecho Roglic y Pogacar es espectacular; han dominado a su antojo a sus rivales y no les han dado una sola oportunidad para atacar con relevancia.
Tuvimos dos etapas de montaña con final en premio de primera categoría y de categoría especial, donde esperábamos una gran actuación de los ‘escarabajos’ en una batalla colombo-eslovena. Desafortunadamente no se pudo dar, y lo que vimos fue una demostración del control de carrera ejercido por un equipo de ensueño. Lo que hace el Jumbo-Visma es una locura; ni siquiera el Team Sky (actualmente Ineos-Grenadiers) en su mejor momento tuvo tanto control de una carrera; el paso que ponen es demoledor.
El viernes fue el primer aviso. No permitieron que nadie del grupo atacara, subiendo a un ritmo endemoniado en el cual solo Pogacar tuvo la capacidad para proponer un ataque y llegar a la meta junto con Roglic. Egan y Nairo aguantaron, cediendo unos segundos valiosos, pero no sabían que sus cuerpos iban a pagar ese esfuerzo de la peor manera.
Lo que vimos el domingo fue una clase magistral de ciclismo: el Jumbo a la cabeza toda la carrera y dinamitando el lote a falta de doce kilómetros. El resultado para los nuestros fue una crisis por la que Egan nunca había pasado. “Perdí 3 años de mi vida”, comentó luego de subir el Grand Colombier con la tristeza de perder la carrera, viendo que sus piernas no respondían y solo su amor por el deporte no le dejó desfallecer.
Lo de Nairo fue otra muestra de amor propio. No tuvo fuerzas para responder el paso del Jumbo y subió como pudo para no entregar tanto tiempo, pero sabía que se le iba otra oportunidad de pelear el Tour. Su ilusión se fue truncando con el accidente que tuvo en Colombia cuando fue atropellado, y luego con tres caídas en Francia. La peor fue la del viernes cuando se fue a una zanja.
Nos queda una semana de Tour, y todo puede pasar porque esto es ciclismo. Sin embargo, no se ve cómo Roglic y Pogacar puedan ceder terreno. Decían que en las montañas cortas iban bien porque son explosivos y que en las largas sí iban a sufrir, pero eso no paso. Se equivocan quienes dicen que existen corredores a los que les va mejor en unos puertos que en otros. La montaña es una sola, y el que tiene capacidad para este terreno sube bien sin importar lo extenso del ascenso.
Lo que está claro es que estamos frente a dos monstruos del ciclismo mundial y que, así como Nairo sufrió a Froome y no lo pudo superar, ahora los nuestros se enfrentan a dos corredores inmensos con fortaleza en la montaña, gran capacidad en el descenso y enorme talento contra el reloj. Por esto, si la lógica se impone, la definición de este Tour esta entre los dos eslovenos.
Los nuestros seguirán luchando por una destacada actuación y subir al podio final en París. Tienen una gran oportunidad Rigo y ‘Supermán’; si las fuerzas se los permiten seguirán aguantando a la rueda del Jumbo, pero tienen que aumentar su diferencia frente a Yates y Porte de cara a la contrarreloj del sábado. Queda una semana llena de emociones y en la cual esperamos que los nuestros puedan mantener el ritmo y luchar por ese tercer puesto, que sería una gran victoria por lo visto hasta ahora en el Tour.
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