El Liverpool se aleja de la opción del título de liga en Inglaterra. Le deja en bandeja la opción al Manchester City, que sigue dependiendo de sí mismo para coronarse campeón. El equipo de Jürgen Klopp tenía la primera opción y un calendario que, sobre el papel, era accesible. Pero no pudo demostrar su superioridad y parece haber llegado sin restos a la parte final del campeonato. Luego de un empate y dos derrotas, los ‘reds’ han perdido muchas chances de coronarse campeones y dependen de un pinchazo de sus dos rivales por el título, el City y el Arsenal.
¿Pero qué pasó con el equipo de Anfield? ¿Cómo se desinfló de esa manera? Creo que la respuesta está en la falta de efectividad de sus delanteros y la caída que ha tenido su máxima estrella, Mohamed Salah, que no aparece. Es el máximo goleador del equipo y hace tres partidos no marca. Su registro esta temporada es de 17 goles en 28 partidos, lo que representa un promedio de 0,61 goles por partido.
Los números del egipcio, sin ser malos, no alcanzan a compensar el bajo rendimiento de sus compañeros de ataque. Darwin Nuñez apenas tiene 11 goles y una media de 0,34 por juego, una marca muy baja para el centrodelantero de un equipo que necesita mucho de él. Por la otra banda, Luis Díaz tampoco ha podido aportar lo suficiente; solo 8 goles con un promedio de 0,24 por partido.
Con este panorama y luego de los dos últimos partidos, en los cuales Liverpool no tuvo respuesta para reponerse a un gol de su rival, se puede explicar en gran medida lo que ha sucedido. El equipo no ha jugado mal, pero la falta de efectividad de sus delanteros le ha pasado una factura muy grande. Frente al Crystal Palace merecieron una mejor suerte y no tendrían que haber perdido.
Por otra parte, contra Everton, en un partido que no podían perder para mantenerse en carrera, se notaron los nervios de sus jugadores. El primer gol es el resultado de un cúmulo de errores, hasta desviar el balón que un compañero estaba a punto de rematar.
Pero, al margen de semejante desconcentración, se espera de un equipo que está peleando el título que sus grandes figuras aparezcan. La realidad es que el único que hace varias fechas ha luchado a la altura por sacar adelante al Liverpool es Lucho Diaz. Fue el que más insistió, pero no tuvo la fortuna para definir. Tuvo una opción clara pero definió hacia el cuerpo del arquero, y luego, en una gran jugada, estrelló el balón en el palo.
De sus compañeros de ataque no se supo mucho, especialmente de Salah, que lleva dos partidos totalmente desconectado. No ha aportado nada en ataque, no genera peligro, no se desmarca, y cuando ha recibido libre, lo ha hecho sin la capacidad y agilidad que se le conoce. ¿Si no está el africano, entonces quién debe dar un paso al frente? Pues debería ser Darwin Núñez, el jugador uruguayo que llegó precedido de muchos goles. No ha sido la respuesta a la necesidad de su equipo. El goleador no se conecta y falla jugadas increíbles que no están al nivel de un jugador que tuvo tanto cartel como goleador. Hoy es un delantero más, uno que no soluciona en los momentos decisivos en que su equipo lo necesita; si lo hubiera hecho Liverpool todavía estaría con opciones claras de pelear por el título.
Está claro que los ‘reds’ van a seguir luchando hasta final de la temporada, pero sus opciones ahora son complejas porque quedaron a cinco puntos del Manchester City City y a cuatro del Arsenal. Necesitan que los dirigidos por Josep Guardiola pierdan al menos dos partidos o que pierdan uno y empaten dos, algo que se ve muy complejo porque los ‘ciudadanos’ parecen haber encontrado un nuevo aire luego de la amarga eliminación de Champions League a manos del Real Madrid. Parecen decididos a cerrar la temporada con un nuevo título en la Premier para mantenerse como el mejor equipo inglés.
También deberá superar al Arsenal, por lo cual las opciones del Liverpool se ven muy limitadas. Klopp, muy probablemente, no podrá despedirse gritando campeón.