Vivimos el fin de semana el mejor partido de fútbol de los últimos años, un juego emocionante, con múltiples opciones de gol, con un despliegue táctico y técnico increíble, bajo una intensa lluvia, con varios de los mejores jugadores del momento y dirigidos por dos de los mejores técnicos de fútbol del planeta.
Lo que nos regalaron el Liverpool y el Manchester City fue espectacular. Son dos equipos que se entregan y se dedican a jugar al fútbol, que no esconden sus armas; por el contrario, las utilizan. Son dos clubes que no especulan, que no se guardan nada y, sobre todo, que siempre buscan ir al frente en busca de su objetivo, que no es otro que ganar.
El partido fue intenso y muy bien disputado. La iniciativa la tuvo el City, que salió como una tromba a arroyar a su rival, algo que consiguió en los primeros minutos del partido, cuando tuvo el control del balón y de las situaciones de gol
Pero su rival fue emparejando el partido y llevando el control hacia la mitad del campo, donde dos fieras se disputaron el control de las acciones y el equilibrio de sus equipos. Lo de Rodri Hernández es una locura, y ni hablar de Wataru Endo. El despliegue de estos dos jugadores hizo que sus equipos pudieran recuperar y generar juego, ¡y qué mejor que poder recuperar el balón y entregárselo a un genio como Kevin de Bruyne o a un organizador moderno como Mac Allister!
Fue un juego muy disputado, con una posesión del 53 % en favor del Liverpool, que hizo 19 remates y 6 a portería; mientras que los ‘ciudadanos’ tuvieron el 47 % de la posesión, remataron 10 veces, y 6 de ellas a puerta. El juego fue tan parejo que ambos porteros tuvieron 5 paradas y cada uno recibió un gol.
Un partido tan táctico y técnico solo se puede resolver con el talento de los jugadores, y eso fue lo que definió el marcador. Manchester City se adelantó con una genialidad con KDB en una jugada preparada, y luego apareció en su máximo esplendor la figura de Luis Díaz para liderar la recuperación de su equipo. El colombiano fue fundamental en el cambio de su equipo, que afortunadamente encontró la paridad con una salida aparatosa de Ederson que terminó en penal y en la lesión del portero brasileño.