En la fecha 2 del grupo E de la Copa Libertadores, Millonarios perdió 3-2 contra Bolívar en La Paz. Quedó muy mal parado en la lucha por el paso a octavos de final porque su rival directo, contra el cual acaba de perder, ya le sacó cinco puntos de ventaja.
Revisando las estadísticas, el equipo colombiano fue absolutamente superior a su adversario en ese aspecto. Eso evidencia que, más allá de que Bolívar tal vez sea un buen equipo, no tuvo que demostrarlo para llevarse la victoria.
Millonarios regaló el partido porque entró dormido. Es imperdonable la forma en que asumió los primeros minutos, y eso mismo dijo Alberto Gamero en la rueda de prensa.
En el minuto 3, Bolívar cobró un tiro de esquina en corto y los jugadores de Millonarios ni siquiera fueron a presionar. Ahí hubo un mal centro que era fácil de rechazar en el primer palo, pero Leonardo Castro falla el contacto con el balón para evacuarlo, permitiendo que siguiera de largo. En el segundo sector Daniel Giraldo soltó su marca y el rival apareció solo para definir.
¿Dónde está la jugada estratégica espectacular de los bolivianos ahí? ¿Cuál fue el juego de enroque para liberar a un jugador de su marcador? ¿Quién hizo un gran salto para ganar el balón en un duelo aéreo? Son fallas elementales y muy graves, como también ocurrió en los otros dos goles.
El segundo, en el minuto diez, surge de un mal pase de Juan Pablo Vargas, que estaba cerca de su compañero y sin presión del rival: un error no forzado en la entrega. Ahí la defensa, muerta del susto, se empieza a echar para atrás y más para atrás, abriéndole espacio a Francisco Da Costa para que disparara con comodidad.
El tercer gol vuelve a surgir de un tiro de esquina cobrado en corto en el que los jugadores de Millonarios dejan levantar la pelota. Ahí Alex Moreno Paz pierde la referencia de un jugador que cabecea en soledad.
En los goles siempre hay una relación de virtud y error. Si un jugador que tiene la pelota hace una gran gambeta para eludir un rival que estaba concentrado intentando detenerlo, y luego ejecuta una buena definición, es un gol de virtud. Pero si un jugador aparece solo para meter un gol, pues ahí se ve más el error defensivo que el mérito ofensivo.
Los tres goles de Bolívar, que mereció la victoria por su contundencia, tienen mucha complicidad de los ‘embajadores’. No hubo una gambeta desequilibrante, un juego de posiciones para abrir espacios, un pase filtrado con precisión, un gran disparo de media distancia.
No creo que Millonarios haya recibido un paseo ni un baile en La Paz. La altura no tuvo nada que ver porque los jugadores del equipo azul se vieron fuertes desde lo físico. Simplemente regalaron el partido con errores graves.