La afición de la Selección Colombia pasó de la euforia al descontento general. Esta fecha Fifa dejó muy herida a la ‘Tricolor’, con dos derrotas que la hicieron pasar del segundo al cuarto lugar de las Clasificatorias a la Copa Mundial de 2026. Pero lo más grave es que despertaron los fantasmas del equipo de Reinaldo Rueda por la falta de gol y pérdida de puntos como local. El equipo completó su tercera derrota por Eliminatorias, dos en condición de visitante y una en casa, que significó la pérdida del invicto que tenía el equipo en esa condición.
El resultado en Barranquilla recuerda lo sucedido frente a Bolivia, cuando la falta de efectividad de nuestros delanteros fue evidente, especialmente en el caso de Jhon Córdoba con un fallo increíble debajo del arco. Lo del delantero estrella del Krasnodar no tiene explicación. Antes de esta situación se había ganado la posición relegando a Rafael Borré, y su titularidad no tenía ninguna discusión. Pero luego del bajón contra Bolivia y Ecuador aparecen los cuestionamientos por su falta de efectividad de cara al gol.
Creo que su capacidad goleadora no está en duda, pero lo que sí genera discusión son los fallos increíbles que ha tenido. En la altura la disculpa fue que la falta de oxígeno hizo que se viera atropellado y sin falta de coordinación. Pero frente a Ecuador en Barranquilla, jugando al final de la tarde sin tanto calor, ese fenómeno no existe y volvió a fallar una oportunidad por la falta de conexión entre su cabeza y sus piernas, lo cual habla de la ansiedad que está viviendo de cara gol. En efecto, en la repetición en cámara lenta se ve como el balón se le pasa, y de la angustia se lanza a buscarlo, con tan mala fortuna que al final no lo alcanza y se pierde una oportunidad inmensa.
Tampoco creo que se pueda satanizar a un jugador que con trabajo y goles se ganó ese lugar en la Selección. Seguramente no está en una liga más competitiva porque tiene un representante que esta cómodo con lo que reciben en Rusia y no tiene afán de ubicarlo en un medio más competitivo. Eso sí, está claro que ya no es el nueve titular de Colombia y tendrá que volver a venir desde atrás para recuperar un puesto que perdió por su falta de efectividad.
Ahora, los problemas no son solo de Jhon Córdoba. De hecho, creo que son peores los de Luis Díaz, un jugador que es figura en Europa con el Liverpool y está llamado a liderar esta selección. Se le pide a un jugador que tiene un talento inmenso, pero que hace rato está en deuda con esta ‘Tricolor’.
La razón es que Lucho no ha entendido que no tiene que ser el salvador de este equipo. Lo que se le pide es que juegue, desborde, entregue y defina cuando quede en posición de gol. Pero él quiere hacer todo solo, se quiere habilitar y convertir, lo que hace que tome muy malas decisiones; cuando tiene que entregar el balón en la mitad decide una jugada personal, y cuando debe encarar decide entregar. Está jugando de manera egoísta y olvidándose de que muchas veces sus compañeros están mejor perfilados que él para realizar un remate o definir una jugada, como le paso varias veces frente a la selección de Uruguay y Ecuador.
Muchos se descargan contra James Rodríguez, y creo que están equivocados. Aunque no debió jugar contra Uruguay, sí lo hizo de manera correcta frente a los ecuatorianos. Generó seis pases claves que terminaron en ocasiones claras, incluyendo la fallada por Córdoba. Es el jugador que más ha producido pases claves u oportunidades de gol en estas Clasificatorias, con 41; le sigue Yeferson Soteldo, de Venezuela, con 19. Entonces, tirarle la culpa es pedirle que asista y convierta.
Pero los problemas están más atrás. El primero es que no existe un reemplazante natural de Jefferson Lerma. Aunque Juan Camilo Portilla lo hizo bien, está muy lejos de lo que aporta en defensa y ataque el jugador que milita en la Premier League. Está claro que los defensas centrales, Davinson Sánchez y Jhon Lucumí, se acostumbraron a que el jugador del Crystal Palace los cubra y apoye. Eso les genera más confianza y evita la pasividad pasmosa que se vio en los goles de Uruguay y Ecuador.
El profesor Néstor Lorenzo tendrá que trabajar en los meses que tiene hasta marzo, cuando habrá una nueva fecha Fifa, en cómo recomponer un equipo que ya no genera sorpresa, que se volvió predecible y que los rivales ya estudiaron bien para controlar. Ya se olvidó ese equipo que regalaba un tiempo y era capaza de remontar. Está visto que ahora nos hacen un gol y es un problema empatar. Queda tiempo para volver a ese nivel, pero dependerá del momento de los jugadores y de las alternativas que evalúe el timonel argentino para cambiar esta mala imagen que han dejado los tres partidos perdidos de esta Eliminatoria.