Las malas posturas del cuerpo se tienen desde que nos levantamos hasta que nos acostamos y con poca o ninguna conciencia de ello. Horas encorvados frente a las computadoras, iPad, tablets, celulares, en fin; mobiliarios en oficinas, escuelas y universidades con poco o ningún análisis ergonómico y ni hablar de la postura que utilizamos para conducir mientras vamos tratando de llegar a cumplir con todas nuestras tareas cotidianas. Y qué decir del síndrome del hombro adelantado, como si estuviéramos siempre cansados, abatidos.
Por otro lado tenemos también la realidad de muchas personas que entrenan solamente para su estética, desarrollando en forma poco armónica su cuerpo, provocando acortamientos, asimetrías, rigideces y compensaciones que a la larga provocan más perjuicios que los beneficios buscados. Nos olvidamos de buscar una belleza sana. Atletas de alto rendimiento, bailarines profesionales, futbolistas, que a veces por excesiva exigencia para cumplir un programa de entrenamiento, van sometiendo su cuerpo a un estrés que a la larga va acarreando y haciendo crónicos los traumatismos y posturas antiálgicas.
Necesitamos ver de qué manera cuidamos y alineamos nuestra postura porque algo tan sencillo como sentarse bien o caminar erguido se ha convertido en todo un reto.
Para lograr este objetivo no alcanza con fortalecer un grupo muscular en particular o estirar otro analíticamente. Corregir la alineación es un proceso de reeducación neuromuscular y propioceptiva, de concebir al cuerpo en forma global donde el todo es más que la suma de las partes, donde podamos entender que el funcionamiento correcto y correlacionado de las distintas partes entre sí, nos permitirá obtener los beneficios buscados.
Una buena alineación supone automáticamente un menor estrés sobre la columna, y actividad muscular menos costosa. Las curvas naturales de la columna realizan una importante labor de amortiguación, de modo que siempre será nuestra intención conseguir una alineación ideal y desarrollar la musculatura apropiada para darle soporte. En cada movimiento no debe perderse la forma armónica del cuerpo. El estiramiento axial de la columna, respetando sus curvaturas fisiológicas, es de vital importancia. En cada ejercicio cuenta. No se debe permitir que el cuerpo incurra en una mala postura con la excusa de fortalecer un determinado músculo a expensas del acortamiento de otro.
Otro pilar que nos permite acceder a una correcta postura corporal es la flexibilidad, permitiéndonos alcanzar al mismo tiempo todas las amplitudes articulares normales sin compensaciones. La carencia de flexibilidad imposibilita a su vez una correcta técnica de ejecución y el reclutamiento de la musculatura apropiada. Es como intentar moverse usando un sobretodo tres talles menos. ¡Imposible!