Deportivo Pereira y Junior Club empataron sin goles en la fecha 4 del cuadrangular A de la Liga BetPlay Dimayor. Hay controversia porque el árbitro Wilmar Roldán no sancionó un penalti en favor del club barranquillero por mano de Ederson Moreno.
Homer Martínez cabeceó la pelota, que pegó en el antebrazo izquierdo del volante ‘matecaña’ estando en su área. Como la pelota salió por la línea de fondo, el juez central pitó tiro de esquina ante el reclamo de los ‘tiburones’. El VAR, Never Manjarrés, no le pidió al réferi que revisara la jugada.
Es claro que el balón impacta la extremidad superior de Moreno. Pero las jugadas de mano, exceptuando los casos en los cuales son protagonizadas por el autor de un gol, son interpretativas.
La interpretación debe darse a partir de ciertos parámetros reglamentarios. El primero es la voluntariedad del jugador para tocar el balón con la mano; en este caso no la hay.
El segundo criterio, según el reglamento es que la extremidad superior del jugador «se posicione de manera antinatural y consiga que el cuerpo ocupe más espacio». Esto sucede «cuando la posición de la mano o brazo no sea consecuencia del movimiento del cuerpo en esa acción concreta o no se pueda justificar por dicho movimiento«. Este es el meollo del asunto.
La «acción concreta» que ejecuta Ederson Moreno es saltar, y no se puede saltar sin levantar los brazo. De hecho, en el momento que el balón impacta su antebrazo, él ya está cayendo de su salto, y lo hace tratando de acercar su extremidad al tronco.
Ese intento de acercar el brazo al resto del cuerpo nos devuelve al criterio de la voluntariedad. Claramente, la intención del jugador es reducir el riesgo de que la pelota golpee en su extremidad superior.
La cuenta de X llamada «El VAR Central», dedicada a temas arbitrales, contrasta las imágenes de los dos contactos del balón en esa jugada. Por un lado está el momento en cual cual Homer Martínez cabecea la pelota, y por el otro está el momento en el cual esa pelota toca el brazo de Moreno.
Se ve con mucha claridad que el futbolista del Pereira, al notar que Martínez va a cabecear la pelota y esta puede salir en dirección hacia él, intenta guardar su mano, trata de reducir el espacio que esta ocupa.
La decisión del árbitro Roldán fue correcta, aunque es discutible porque se trata de una acción interpretativa. Never Manjarrés, el responsable del VAR definitivamente sí acertó por completo al no pedirle que revisara la jugada porque no hubo error claro y obvio.