La de 1966 fue la primera Copa del Mundo televisada por satélite a todo el planeta. A la final habían llegado la anfitriona, Inglaterra, y Alemania Occidental (en su momento RFA).
Alemania tenía un buen equipo con Beckenbauer como defensor, Uwe Seeler como goleador, Overath como el cerebro y a Schnellinger como lateral. Inglaterra tenía a Bobby Charlton, un gran motivador del equipo.
La final fue tan intensa que Beckembauer, quien había sido la gran estrella del campeonato, se dedicó más a anular a Charlton que a generar fútbol a su equipo. Pareció como si éstos dos jugadores se hubieran quedado fuera del partido y lo hubieran jugado 10 contra 10.
Los goles del partido:
Al minuto 12, remate de Haller. 0-1
Al minuto 19, cabezazo de Hurst. 1-1
Al minuto 77, gol de Peters. 2-1
En el descuento, gol de Weber. 2-2
“En la prórroga es cuando aparece el gol fantasma. Fue a los 10 minutos de la primera parte de esa prórroga. Una jugada de Ball por la derecha, centro al área, recoge Hurst, tira de media vuelta y el balón pega en la parte inferior del larguero, bota en el suelo y Weber, que llega a la carrera, lo despeja de cabeza a córner. El árbitro, el suizo Dienst, no está seguro de si el balón ha entrado o no y acude a consultar al linier, Bakhramov, armenio (de la URSS entonces). Este le dice que el balón sí ha entrado, y se da el gol por bueno”. Alfredo Relaño en 366 historias del fútbol mundial, página 450.
Posteriormente y para terminar la prórroga, Hurst marca el otro gol de Inglaterra.
Las imágenes mostraron que el balón no había entrado y que nunca traspasó la línea, pero valió.