En el espacio de mi columna, les dejo un escrito de Joshua Green, el conocido ‘Profesor Historia’ que ha escrito para la Revista La Liga.
Hoy Simeone supera a Helenio Herrera en cantidad de partidos dirigidos en primera división, con su partido 360 en liga, mientras Herrera llegó a 359, por eso aquí este fantástico documento:
Por Joshua Green.
Soy tan viejo que ni sé cuando nací. Como Helenio Herrera, ese entrenador de fútbol que vio luz en Argentina y que al parecer su padre lo anotó (denunció) con fecha tardía por miedo a una multa. Calculo que vine al mundo a finales de siglo XIX, en la misma ciudad que este hombre de fútbol que fue Herrera. Le debo llevar unos 20 años, dicen que él fue registrado en 1916, pero nació en 1910. Yo debo ser de mil ochocientos noventa y algo. Fui fruto de una pareja millonaria, un inglés y una brasileña que aumentaron su fortuna en Sudamérica. No hice nada académico en mi vida, sólo disfrutar del fútbol hasta que mis huesos me dejaron. Ahora vivo en una montaña, apartado de todo y con una gran antena pegada a un televisor. Mi mundo por la pantalla es cada vez más ilimitado, pero por mi ventana siempre se ve el mismo paisaje.
Dejé mi natal Buenos Aires para conocer el origen del fútbol, me recorrí el comienzo de las ligas que hoy enloquecen a los aficionados de todo el planeta, incluyendo a los centroamericanos. De eso me doy cuenta cuando viene el joven que trae a mi refugio las reservas de alimento; él nunca ha salido de su país, pero viene con las playeras (camisetas) de equipos europeos. Hace poco me dijo, señalando la pantalla de mi televisor, “¿Qué tal ese Pinto? Parecía tan buena persona y resultó un dictador”. Se refería a Jorge Luis Pinto, un entrenador que inmediatamente me remonta a los años 60 cuando mi fijación por Helenio Herrera me hizo mudar a Italia para seguir a ese equipo creado por argentino de nacimiento, La Grande Inter.
Herrera, como yo, salió de Argentina. Él a Marruecos siendo un niño, sufrió difteria según contó en una biografía y superó todo para hacerse futbolista gracias a su viaje a Francia; una rodilla no lo dejó seguir a los 25 años. Yo salí de adolescente, me fui a Inglaterra en donde la FA Cup y la liga inglesa llenaban estadios, hice amigos en la prensa y en algunos equipos. Entiendo que Pinto no jugó al fútbol como profesional, pero desde muy joven sintió su vocación de entrenador, primero se preparó en educación física y luego se lanzó a ganarse el respeto sin tener camerino como futbolista.
Pinto dirigió la mejor campaña en la historia de Costa Rica en un mundial. Hasta mi montaña llegaban los ecos de convertir al sudamericano en hijo por adopción, pero en unos días todo cambió. Como dijo el joven que me abastece de alimentos, para los medios se convirtió en un dictador, fue acusado por sus colaboradores de querer decidir en todo, de imponer su voluntad por sobre los médicos, preparadores físicos y nutricionistas, Pinto sabía más que todos. Pues, éste señor, no hizo otra cosa que repetir el plan de Don Helenio.
Conocí a Helenio Herrera en persona luego de ser campeón con Atlético de Madrid y Barcelona, trabajaba en Inter gracias al deseo del petrolero Angelo Moratti, un millonario caprichoso que había licenciado a doce entrenadores en cinco años. Me consta que Herrera se metía en todo lo que tenía que ver con el equipo, eso de sólo hacer la alineación no era su forma de trabajar, controlaba los detalles, el menú del equipo, los obligó a dormir la noche anterior en la sede de los entrenamientos y se autoproclamaba padre de la sicología deportiva. Los aparentemente novedosos mensajes de motivación con videos antes de los partidos, fueron inventados por H. H., no tenía herramientas tecnológicas, pero sí fue el creador de carteles con mensajes que reforzaban la confianza colectiva. Además incluyó brebajes de hiervas que tenían pociones mágicas y los reforzaba con sesión de oxígeno.
En fin, Herrera definió el cargo del manager moderno, el que se mete en todo, lo que fue Ferguson en Manchester United o lo que quiso ser Mourinho en el Madrid. Además Helenio era egocentrista y no se sonrojaba hablando de sí mismo. “Cuando empecé, los manager llevaban los bolsos del equipo, yo los puse en su lugar y a ganar lo que merecen”.
Pues Pinto, según veo se maneja como Helenio Herrera, quiso manejar todo, un perfeccionista, y para que Costa Rica se superara necesitaba un manager obsesivo. Yo no sé si se extralimitó en sus funciones, desde una montaña no lo puedo saber, lo que si sé es que la disciplina puede obrar de forma milagrosa y convertir a gente normal en campeona de la vida. La historia cuenta con cientos de ejemplos que, si me siguen publicando, se los contaré.
Sobre acusaciones, Herrera sufrió graves denuncias de dopar a sus jugadores. Ferruccio Mazzola, hermano menor del gran Sandro, afirmó públicamente que hacía pruebas con los jugadores jóvenes para luego implementar los medicamentos en los del primer equipo. Sandro negó rotundamente esta aseveraciones y cortó su relación con su hermano. Lo cierto es que se hablaba del famoso ‘Il Caffe Herrera’ porque las píldoras aparentemente eran diluidas en la bebida.
De Pinto, la acusación más grave en este sentido, fue obligar a sus jugadores a comer postre con helado. Ligia Chávez, nutricionista de la Selección de Costa Rica se quejó de la intromisión del técnico, una falta menor, pero repetitiva. Cuando dirigía en Colombia cuentan que Pinto hizo famosa una frase… “Doctores, les digo que las brevas con arequipe son el postre para jugar en la altura”. Inofensivo aporte, tanto como ‘Il Caffe Herrera’ azucarado con pastillas placebo que dizque hacían convertir a sus jugadores en leones.
Herrera ganó dos Copas de Europa con Inter (1964 y 1965). Pinto llegó a cuartos de final del Mundial Brasil 2014. Los quiero como técnicos, pero no como vecinos de mi montaña, vendrían a decirme cómo debo vivir mi vida de ermitaño.
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