Joao Almeida (Deceuninck-Quick Step), sorprendente líder del Giro de Italia, aguantó la primera prueba de alta montaña en la tercera semana de la carrera, defendiendo su escasa ventaja en la clasificación general individual.
La etapa fue ganada por Ben O’Connor (NTT Pro Cycing), quien formó parte de una fuga numerosa. Gracias a un contundente ataque en la subida final a Madonna di Campiglio, el australiano llegó solo a la meta con tiempo de 5 horas, 50 minutos y 59 segundos. O’Connor fue escoltado por el austriaco Hermann Pernsteiner (Bahrain-McLaren), que cruzó la línea de sentencia a 31 segundos del vencedor.
A más de 5 minutos llegó el grupo del líder Almeida, que incluía a todos los aspirantes al podio final de la ronda italiana, incluyendo al holandés Wilco Kelderman (Sunweb), el que más chance tiene de destronarlo porque está a tan solo 17 segundos.
El joven ciclista portugués había dado su primera muestra de debilidad en la exigente subida a Piancavallo al final de la etapa del domingo. Por eso, la de este miércoles era una jornada peligrosa para el luso, ya que tenía cuatro puertos de montaña, incluyendo final en alto de primera categoría. Pero Almeida salvó un día complicado en su defensa de la maglia rosa.
La etapa de este jueves será otra amenaza para el improvisado capo del Deceuninck tras la lesión de Remco Evenepoel, pues tiene cuatro puertos montañosos: uno de segunda categoría empezando la fracción, dos de primera -incluyendo el final en Laghi di Cancano-, y uno de categoría especial, el mítico Stelvio.
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