Aprovechando que tenía un jugador más en cancha, el Pereira se había adelantdo en el marcador con gol de Yesus Cabrera en el 82′. Cuatro minutos después, con el Tolima buscando el empate, hubo un pleito entre el argentino Gonzalo Lencina, delantero del equipo ganador, y Marlon Torres, defensa del conjunto perdedor.
Torres tenía la pelota y, ante la marca de su rival, se la pasó a un compañero. Inmediatamente después, con el puño apretado, lanzó el bazo en dirección a Lencina con fuerza excesiva. Aunque estuvo lejos de ser impactado, el argentino se tiró al piso como si realmente lo hubieran noqueado.
Rápidamente, Lizmair Suárez le mostró y tarjeta roja directa al defensor central del Tolima. La reacción del zaguero fue protestarle airadamente al árbitro su decisión. Desde el VAR le pidieron al árbitro que revisara la jugara y, tras constatar que no hubo golpe, le cambió a Torres la expulsión por una tarjeta amarilla.
La polémica es doble. Por un lado, no hubo amonestación a Lencina por intentar engañar al árbitro, habiendo actuado como si le pegaran cuando eso no ocurrió. Por otra parte, aunque el jugador del Tolima no llegó a golpear al argentino, sí intentó hacerlo y con mucha fuerza, por lo cual merecía tarjeta roja.
Con respecto a lo último, el reglamento dice que merece expulsión lo siguiente: «Si un jugador se emplea o tiene la intención de emplearse con fuerza excesiva o con brutalidad contra un adversario cuando no le está disputando el balón (…) independientemente de si se produce o no contacto, la acción será considerada conducta violenta».
En este caso, el VAR, Leonard Mosquera, también se equivocó al pedirle a Suárez que revisara esa jugada porque la tarjeta roja estaba bien aplicada.