Jhon Lucumí estaba viviendo una noche de ensueño en el estadio Renato Dall’Ara. El defensor colombiano era el baluarte de un Bologna que se imponía con autoridad ante el Atalanta en un duelo válido por la Serie A. Su solidez defensiva y su capacidad para iniciar jugadas desde atrás habían dejado una grata impresión en los aficionados y en la propia afición ‘rossoblù’.
El tanto de Santiago Castro, al inicio de la segunda mitad, parecía coronar una noche perfecta para el colombiano. Sin embargo, el fútbol, como suele decirse, es un deporte de contrastes. En el minuto 52, un error en la salida lo llevó a protagonizar una acción desafortunada que cambió el rumbo del partido. Al intentar alcanzar el balón, Lucumí tropezó con el delantero rival dentro del área, lo que provocó la inmediata reacción del árbitro central.
Inicialmente, el colegiado señaló penalti y amonestó al colombiano. Sin embargo, la intervención del VAR fue determinante. Tras revisar la jugada, se estableció que la infracción se había producido fuera del área, lo que acarreó la expulsión directa del defensor.
La decepción en el rostro de Lucumí era evidente. El joven colombiano, que había sido uno de los más destacados en el campo, abandonaba el terreno de juego con tristeza y aplausos. La afición de Bolonia, reconociendo su esfuerzo y compromiso, quiso brindarle su apoyo en un momento difícil.
Tras la inferioridad numérica, el Bologna no pudo mantener la ventaja. En los instantes finales del encuentro, Atalanta encontró el empate gracias a una gran definición de Lazar Samardzic.
Con este resultado, Lucumí suma su primera expulsión en una carrera que promete mucho. A pesar del amargo final, el partido ante Atalanta sirvió para ratificar el talento y el potencial del joven defensor colombiano, quien se ha convertido en una pieza fundamental en el esquema de su equipo.
En Atalanta, Juan Guillermo Cuadrado ingresó al minuto 63 y cumplió con una buena actuación.