Mauricio Rivera fue futbolista profesional. Pasó la mayor parte de su carrera en la segunda división del fútbol colombiano, y estuvo en el ascenso del Deportes Tolima en 1994. También formó parte del Cooperamos Tolima y el Girardot Fútbol Club. Se licenció en Educación Física, Recreación y Deportes, e hizo una maestría en Actividad Física y Entrenamiento Deportivo para ejercer la dirección técnica. Fue el primer entrenador que sacó campeón nacional al Departamento del Tolima en la categoría sub-17.
Ya van a ser veinte años desde que fundó River Soccer su academia de fútbol, con sede en Ibagué. Desde ese espacio ha formado a varios futbolistas profesionales. La joya de su corona es, hasta ahora, Jaminton Campaz.
El actual jugador del Gremio fue acercado a Rivera por Mike Campaz, su hermano mayor, quien jugaba en el Deportes Tolima. «Empezamos a trabajarlo en la categoría preinfantil, y luego, cuando debía estar en la infantil, lo pasamos a la prejuvenil porque se le veía un talento especial. Se le fueron corrigiendo cosas, se le mejoró la capacidad física», le relató Rivera a Revista La Liga.
En los enfrentamientos contra la escuela del Deportes Tolima, Jaminton marcaba una gran diferencia, y eso motivo a Gabriel Camargo, máximo accionista del club ‘pijao’, a interesarse en el jugador. Después de destacarse en las selecciones del Tolima en campeonatos de la Difútbol, se dio su traspaso al ‘Vinotinto y Oro’ en plena adolescencia.
Lo que sigue es historia conocida. Campaz progresivamente se convirtió en la figura del equipo ‘Pijao’, con el cual jugó Copas Libertadores y Sudamericana, vitrina que le sirvió para atraer las miradas de grandes clubes del continente. Este año luego de ser el mejor jugador del Tolima, campeón de la Liga Betplay, y ganarse un lugar en la Selección Colombia que jugó la Copa América, Gremio compró sus derechos deportivos.
Indudablemente, la mayor virtud de Jaminton es su buena pegada. Esa zurda combina potencia con precisión de forma exquisita. Pues hay otro joven que, después de pasar por la pulidora de Mauricio Rivera, ya se destaca por su habilidad para pegarle a la pelota, también con el pie izquierdo.
Desde River Soccer, donde le imprimen un componente cristiano a la formación de futbolistas, creen que los valores espirituales transmitidos a Campaz lo ayudarán a destacarse en el balompié brasileño a pesar de un comienzo difícil. Con esos mismos principios fue formado Yuber Quiñones, el extremo de Millonarios.
Él ya había mostrado que le pega bien a la pelota, pero lo ratificó, paradójicamente, contra el Tolima en la más reciente fecha de la liga nacional al anotare un golazo en Ibagué. «Llegó a la categoría infantil, y desde muy pequeño empezamos el proceso para trabajarlo. Mostraba unas condiciones muy buenas», recuerda Rivera.
El proceso de Yuber fue más lento que el de Campaz. Fue hasta que estuvo en la categoría sub-20 que llamó la atención de los equipos profesionales. «Junior, Independiente Medellín y Tolima lo quisieron, pero sus propuestas no nos llenaron», explicó su formador.
Millonarios negoció directamente con el papá del jugador, y River Soccer facilitó su llegada a Bogotá habiendo firmado un acuerdo con el padre de Quiñones. Ahora Yuber empieza a despegar con el club ‘embajador’, que bajo la dirección de Alberto Gamero le da buenas oportunidades a los jóvenes.
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