El presidente de la Confederación Africana de Fútbol, Ahmad Ahmad, fue sancionado por cinco años a causa de actos de corrupción. Lo extraño en este nuevo escándalo de la alta dirigencia del ‘deporte rey’ es que el castigo fue determinado por la misma Fifa, habitualmente connivente con los manejos deshonestos del poder.
El dirigente, nacido en Madagascar, era candidato a la reelección de la CAF en unas votaciones que se harán en marzo. Ahora, en vez de pensar en un segundo periodo, debe entregarle el mandato del balompié africano al congoleño Constant Omari, vicepresidente hasta ahora.
«La investigación sobre la conducta del Sr. Ahmad al ejercer su cargo de presidente de la CAF entre 2017 y 2019 está relacionada con varios problemas de gobernanza vinculados con la CAF, incluida la organización y la financiación de una peregrinación Umrah a la Meca, su participación en negociaciones de la CAF con la empresa de equipamiento deportivo Tactical Steel y otras actividades», dice el comunicado de la Fifa.
Ahmad violó cuatro artículos del Código de Ética de la Fifa: deber de lealtad, abuso de cargo, apropiación indebida de fondos, y ofrecimiento y aceptación de obsequios u otros beneficios«.
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