La Selección Colombia quedó a un paso de la gloria. El equipo de Néstor Lorenzo se impuso frente a una de las mejores selecciones del continente. Lo hizo en un partido dramático en el que tuvo que aguantar 45 minutos ante un rival que hizo de todo para empatar, pero que nunca encontró los caminos frente a un equipo que se defendió con 50 millones de almas.
Lo que ha hecho este equipo es monumental, pues lleva 28 partidos sin perder. Llegó a la final con el mayor dador de asistencias en una misma edición de este torneo continental en toda la historia. El resurgir de James Rodríguez ha sido apoteósico. No se cansa de ser elegido el mejor jugador del partido. Está luchando y jugando, muy cerca de lo fue ese muchacho que impactó al planeta en el Mundial de Brasil 2014.
Contra Argentina, la ‘Tricolor’ se juega el partido más importante en la historia reciente de nuestro fútbol. Hablar de lo hecho hace 23 años, cuando se ganó la primera Copa América, ya no es pasado; más bien es historia patria. Para estos jugadores este será el juego más importante de sus vidas, el momento por el que han esperado tanto, la recompensa por tantos sacrificios y, seguramente, el mejor regalo para consolidar una carrera como futbolistas de élite.
No será fácil ganarle a la ‘Albiceleste’, un equipo maduro y que ganó el último Mundial, con jugadores experimentados que saben afrontar este tipo de partidos. Además, tiene a un genio que, aunque ya no está en el esplendor de su carrera, todavía tiene la capacidad de desequilibrar todo un partido con una sola jugada.
Además, está lo extradeportivo. Para nadie es un misterio que el torneo está hecho a la medida de los argentinos. Quedaron en el grupo más sencillo y con un cuadro favorable rumbo a la final, y cuando han sufrido no les ha faltado el favorecimiento de los árbitros para fallar en su favor. Colombia no podrá dejar dudas; tendrá que salir a jugar con todo lo que tiene y no dar ninguna ventaja para estar por encima de todo esto.
Por capacidad y juego, nuestra Selección debería ser la favorita. El momento actual anímico y deportivo de este equipo invita a soñar y a esperar un gran partido. Nuestros jugadores lo saben y estoy seguro de que no van a dejar pasar esta oportunidad. Ya lo que pasó frente a Uruguay es un campanazo de lo que puedan lograr con lucha y pasión, así que la esperanza y la fe están de nuestro lado. Pero en fútbol no se puede hablar de favoritismos; los partidos se tienen que analizar, plantear, ejecutar y, luego, replantear sobre la marcha para obtener el resultado esperado.
Colombia tiene una cita con el destino; esta generación de jugadores lo sabe y va a encontrarse con él. Entiende que no se puede dejar escapar la oportunidad porque muchos colombianos no han visto a nuestra Selección ser campeona. Llegó el momento de celebrar un título, y más cuando se tiene la certeza que se puede enfrentar al campeón del mundo sin temores, sin especulaciones, solo con la convicción de demostrar buen fútbol y jerarquía.
El profesor Néstor Lorenzo ha soñado con este partido, y estoy seguro de que mentalmente lo tiene planteado y repasado. Po tanto, más que prepararse tácticamente, lo que necesita es mantener arriba la confianza de estos jugadores para llevarlos hacia la gloria, porque eso es lo que merecen estos guerreros.
Solo nos queda encomendar estos jugadores a la virgen María, de la que muchos de ellos son grandes devotos, para que nos ayude intercediendo por un pequeño milagro que equilibre las cargas porque, como ya lo sabemos, ellos ya cuentan con ayuda divina y de la Confederación. A confiar y mantener nuestra fe para que podamos celebrar el título más importante para esta Selección, que se lo merece, y para un pueblo futbolero que hace rato necesita una alegría en medio de tantas tribulaciones como las que estamos viviendo en nuestro país.
Por Mauricio León