Las expectativas de lo colectivo y lo individual
Ya pasaron varios días después de los Juegos Olímpicos de París 2024. Habiendo tenido tiempo para reflexionar y evitar los extremos del positivismo y el negativismo, quiero dar mi balance sobre la actuación de la delegación de Colombia. Lo digo de una vez: fue un fracaso.
El análisis se hace en función de las expectativas, y hay dos maneras de analizar, una global y otra individual. En lo global, está claro que se esperaban más medallas, seis o siete, y al menos una de oro. El objetivo no solo no se logró sino estuvo lejos de lograrse. Cuatro preseas, tres de plata y una de bronce, son pocas.
Considerando que hay tres cajones en el podio y ocho diplomas en cada prueba, la proporción de medallas acorde a los 18 diplomas olímpicos logrados por Colombia hubiera sido de seis o siete, lo esperado.
Esa cantidad de diplomas muestra que hay talento para llegar lejos, pero falta mentalidad ganadora para que ese talento lleve al éxito real. Las autoridades deportivas deben afrontar ese problema psicológico de forma prioritaria y transversal para mejorar la obtención de resultados.
Uno a uno
En lo individual, hay que ver quiénes fueron sorpresas positivas al superar las expectativas, quiénes estuvieron a la altura de las expectativas y quiénes fracasaron al estar por debajo de las expectativas.
La medalla de Mari Leivis Sánchez, séptima favorita de su categoría en halterofilia, fue sorpresiva. La de Ángel Barajas en barra fija fue aun más sorpresiva y meritoria por su corta edad y porque Colombia no tiene tradición ganadora en gimnasia. Las preseas de Yeison López en levantamiento de pesas y Tatiana Rentería en lucha fueron esperadas. Ellos estuvieron a la altura.
Después hubo varios que estuvieron lejos de las expectativas y, por lo tanto, fracasaron. El caso más triste es el de la prueba del keirin en ciclismo de pista porque había dos favoritos al podio, Kevin Quintero y Martha Bayona, y ni siquiera alcanzaron los cuartos de final.
También fue grave de lo de la pesista Yenny Álvarez. Le había ido bien en el arranque, pero cuando llegó el ejercicio en el cual es especialista, envión, ella colapsó. Ni siquiera pudo lograr diploma olímpico porque falló sus tres intentos y fue descalificada.
Otro balance negativo fue el de boxeo, donde había tres opciones de medalla. Aparte de Íngrit Valencia y Angie Valdés, la mayor esperanza era Yeni Arias, segunda favorita de su categoría. Pero las tres se quedaron en cuartos de final.
Hubo otros deportes donde no se llegó al podio pero el resultado es más razonable en función de las expectativas, como el ciclismo BMX carreras o el atletismo. En el primero se habían logrado dos medallas en cada uno de los últimos tres juegos, y esta vez no se obtuvo ninguna. En el segundo había altas esperanzas con Flor Denis Ruiz en lanzamiento de jabalina y con Lorena Arenas en marcha. Ambas quedaron cerca del podio.
Después hubo actuaciones relativamente destacadas en otras disciplinas de atletismo, así como en tiro con arco, clavados, golf, BMX freestyle y tenis.
No hubo nada por mostrar en taekwondo, judo, esgrima, natación, vela, hípica, ciclismo de montaña, ciclismo de ruta, piragüismo, triatlón y skateboarding.
Después hubo 18 deportes donde no hubo participación colombiana. De esos la mitad son disciplinas netamente de conjunto: baloncesto, baloncesto X3, balonmano, hockey sobre césped, natación artística, rugby, voleibol, voleibol playa y polo acuático. El único deporte colectivo en cual Colombia participó en estas justas fue en fútbol, y solo en la rama femenina.
Por: Diego Yepes
