¿Qué tiene la Selección Colombia que saca lo mejor de James Rodríguez? Creo que la respuesta es simple: él está en un ambiente en el que sus compañeros lo respetan y el cuerpo técnico lo protege y arma un equipo para que se sienta cómodo y pueda desplegar todo su talento.
El resultado salta a la vista. Tenemos al mejor diez de Suramérica y uno de los más virtuosos del planeta. De hecho, lo acaba de nominar la Federación Internacional de Historia y Estadística al premio de mejor jugador del mundo este año.
En estas Clasificatorias a la Copa Mundial de 2026, James tiene cuatro asistencias y dos goles. En su recorrido con la Selección mayor ya completa trece años, con 34 pases para gol y 29 anotaciones.
Es un jugador con unas estadísticas espectaculares con la Selección Colombia, pero que infortunadamente no se ha podido consolidar en los últimos años en ninguno de los clubes en los que ha actuado.
El caso actual es el del Rayo Vallecano, a donde llegó como ídolo y gran contratación. Pero su fichaje por ese equipo fue al cierre del mercado, algo que afecta el rendimiento del jugador porque no puede realizar la pretemporada con su equipo. Por tal razón su entrenador no lo había puesto, porque está a la espera de su adaptación.
El tiempo ya se cumplió. Ya se adaptó y ha respondido en los minutos que le han dado. Pero, por una extraña razón que se repite, no entra en los planes del entrenador como titular. Nuevamente, el fin de semana fue suplente y entró en el segundo tiempo sin mucho ritmo y con pocas opciones de ayudar a su equipo como lo ha hecho con la Selección.
No defiendo a James porque creo que, cuando uno cambia de trabajo, uno se debe adaptar al estilo del nuevo jefe. Pero, en beneficio de Rodríguez, creo que ha hecho todo lo que le han pedido. Lo ha asumido con la humildad que se requiere, pero no logra convencer al director técnico de su calidad.
Creo que Íñigo Pérez hace parte de esa nueva corriente de entrenadores que solo creen en el dibujo táctico. Son estrategas que trabajan los partidos sin contar con el talento de sus jugadores, solo con la función táctica que les encomienda, y que sacrifican la sorpresa por el trabajo grupal. Seguramente le ha funcionado, pero menospreciar tanto talento por terquedad es lo que no se entiende.
Finalmente, el técnico no tiene la culpa porque no pidió que le llevaran a James. Se lo impusieron y ahora trata de evadir el tema con la adaptación, el tiempo de trabajo o la llegada tarde a España por las Eliminatorias. Pérez siempre tendrá una razón para limitar las apariciones del colombiano
La única opción que tiene el colombiano es seguir bajando la cabeza y trabajar para convencer a su técnico de que si cambia de esquema puede tener muchos triunfos con un equipo que tiene jugadores que se pueden adaptar muy bien al estilo del diez.
La mejor muestra de esto es lo que ha hecho Néstor Lorenzo, quien es consciente de que tiene a un gran jugador, con una clase y una zurda mágica. En vez de darle tareas defensivas y ponerlo a hacer recorridos largos ha montado un equipo en torno a la figura de James. Lo rodea, lo protege, le da el balón y lo hace responsable del circuito de juego
¿Cómo le responde el capitán de la Selección? Se ha convertido en la brújula del equipo, el mayor asistidor y el generador de juego. Solo con esa visión de juego que tiene le basta para hacer jugar a sus compañeros; por eso ha sido reconocido en cada una de las jornadas dentro del equipo ideal de las Clasificatorias. No es que Lorenzo esté tan equivocado porque su capitán le esta dando lo que le ha pedido.
Solo espero que Íñigo Pérez tome una decisión acertada y no se quede inmerso en su terquedad, que acepte que no se puede casar con un plan de juego. Lo lógico es que lo deje jugar y aproveche lo que le pueda dar el 10 de la Selección Colombia.