«Jugar para la Juventus, trabajar para la Juventus; un objetivo: ganar. Cualquiera que tenga el privilegio de vestir la camiseta blanquinegra lo sabe. Aquellos que trabajan en equipo saben que el trabajo duro vence al talento si el talento no trabaja duro. El Juventus es uno de los clubes más grandes del mundo y cualquiera que trabaje o juegue allí sabe que el resultado es fruto del trabajo de todo el equipo».
«Estamos acostumbrados a ganar por historia y por ADN. Desde 2010 honramos nuestra historia logrando resultados extraordinarios: el estadio, nueve campeonatos masculinos consecutivos, el primero en Italia en tener una serie de Netflix y Amazon Prime, el centro médico, cinco campeonatos femeninos consecutivos. Y de nuevo, el trato con Volkswagen (pocos lo saben), las finales de Berlín y Cardiff (nuestro gran pesar), el acuerdo con Adidas, la Copa de Italia Next Gen, el primer club en representar a los clubes en el Comité Ejecutivo de la UEFA, el museo y mucho más».
«Horas, días, noches, meses y estaciones con el objetivo de mejorar siempre de cara a unos momentos decisivos. Cada uno de nosotros sabe recordar el momento antes de salir al campo: salir del vestuario y girar a la derecha, unos veinte escalones hacia abajo con una rejilla en el medio, otros diez escalones hacia arriba y estás ahí: «el miedo escénico», en ese momento es cuando sabes que tienes a todo el equipo contigo lo imposible se vuelve factible. Bernabeu, Old Trafford, Allianz Arena, Westfallen Stadium, San Siro, Georgios Karaiskaks, Celtic Park, Camp Nou: allá donde íbamos y cuando el equipo estaba compacto no temíamos a nadie».
«Cuando el equipo no es compacto, deja su lado a los contrarios y esto puede ser fatal. En ese momento hay que estar lúcido y contener el daño: estamos ante un momento delicado desde el punto de vista corporativo y la compactibilidad ha fallado. Mejor dejar a todos juntos, dando la posibilidad a una nueva formación de darle la vuelta a ese juego».
«Seguiré imaginando y trabajando por un fútbol mejor, apoyado en una cita de Friedrich Nietzsche: «Y aquellos a los que se veía bailar eran considerados locos por aquellos que no podían oír la música».
«Recuerda, nos reconoceremos de un vistazo: ¡Somos de la Juve! Hasta el final… Andrea».