Los castigos fueron determinados por infringir los artículos 11.1 y 11.2 del Código Disciplinario de la Conmebol, referentes a los comportamientos violentos y agresivos en el ámbito deportivo.
El mayor sancionado fue el delantero Darwin Núñez, compañero de Luis Díaz en Liverpool, que recibió una suspensión de cinco partidos y una multa de 20.000 dólares. El segundo más perjudicado es el volante Rodrigo Bentancur, sancionado con cuatro juegos y 16.000 dólares.
Los otros jugadores que recibieron un veto deportivo son Mathías Olivera, Ronald Araujo y José María Giménez. Los tres defensas recibieron tres fechas de suspensión, además de una multa de 12.000 dólares para cada uno.
Estos impedimentos para competir se aplicarán en las próximas jornadas de las Clasificatorias a la Copa Mundial de 2026.
Hubo otros castigados que solo pegarán una penalidad económica por incumplir los literales C y F de los artículos 11.1 y 11.2 del Código Disciplinario, al tener comportamientos que desacrediten al fútbol y a la Conmebol. Sebastián Cáceres, Matías Viña, Emiliano Martínez, Brian Rodríguez, Facundo Pellistri y Santiago Mele, el arquero del Junior, pagarán multas de 5.000 dólares.
Además, la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) también fue multada con 20.000 dólares por «agresión colectiva, riña o tumulto». Este dinero se descontará de la distribución que la Conmebol haga de sus utilidades.
Por último, Marcelo García, uno de los dirigentes de la AUF, que estaba en un palco durante el partido y golpeó a un aficionado colombiano con una botella, no podrá entrar a estadios en competiciones de Conmebol durante seis meses.