Fue una superioridad arrolladora
Jugando como locales, los Mavericks de Dallas vencieron 122-84 a los Celtics de Boston en el juego 4 de las Finales de la NBA. La serie quedó 3-1 en favor del equipo verde, el gran favorito al título porque ha sido el mejor equipo a lo largo de la temporada.
Fueron 38 puntos de diferencia en el partido, una brecha enorme, sobre todo considerando que la franquicia de la Conferencia Este suele tener un buen funcionamiento defensivo.
De hecho, si la postemporada del basquetbol fuera por marcador global, como sucede en las series de ida y vuelta en el fútbol, los Mavs estarían arriba en la final.
Los Celtics ganaron los tres partidos previos por 107-89, 105-98 y 99-106. Es decir, el equipo de Boston venció en estos juegos por ventajas de 18, 7 y 7 puntos, lo cual equivale a 32 unidades de ventaja acumuladas. Con los 38 puntos de diferencia en favor de los Mavericks en el cuarto juego, el equipo de Dallas quedaría por delante en un marcador global.
Desde luego, el básquetbol no funciona así, y jamás lo hará. Las series siempre se han definido y se seguirán definiendo al que gane más partidos.
Pero estas cuentas solo muestran que la superioridad de los Mavs fue impresionante en el cuarto juego. Mejoraron ostensiblemente su trabajo defensivo y Luka Doncic, su jugador estrella, estuvo más preciso. También fue bueno el aporte de los actores de reparto, particularmente el novato Dereck Lively II.
Ahora la confrontación vuelve a Boston. Los de Massachusetts buscarán la victoria que les asegure el título y los de Texas lucharán para que haya un sexto juego, que volvería a ser en Dallas. Si no lo logran, al menos ya evitaron una barrida en las Finales.
