Las etapas de transición no existen en la previa, cualquier cosa puede pasar, dicen en el ciclismo. Pese a las características del recorrido y el cansancio de 18 etapas previas, las zonas montañosas que pasaron en las 2 etapas más recientes y la ‘crono’ de este sábado, hacían pensar que el lote principal se podía dar una licencia y determinar la famosa etapa de transición. Sin embargo, Esteban Chaves había dicho que tuvieran cuidado con esta etapa.
En las primeras de cambio, típica etapa de control, con Rémi Cavagna, del Deceuninck-Quick Step, que logró escaparse y estar mucho tiempo en solitario. El lote manejó la diferencia y todo parecía que las fuerzas se guardaban para el sábado y era turno para los embaladores.
El lote ocupaba todo el ancho de la calzada, lo cual mostraba que el ritmo era moderado. El Bora marcaba el paso y cuando esta cuadra pasó al frente, redujo al minuto la diferencia con el fugado.
A falta de 50 kilómetros de meta, un trío aprovechó una pequeña baja en la velocidad del grupo principal y se pudo escapar. Rowe del Ineos, Cosnefroy del Ag2r y Rolland del B&B. Los tres le llegaron a Cavagna y formaron una cuarteta que no trabaja con orden.
Estos movimientos despertaron a los corredores y empezó a moverse con velocidad. Varias escaramusas y una caída que volvió a involucrar a Pavel Sivakov, el ruso que no ha podido librarse de rodar por el piso durante varías jornadas del Tour.
Rigoberto Urán quedó metido en un corte, aparentemente por una caída que no fue captada por la transmisión de televisión, perdió momentaneamente la rueda del lote principal, pero inmediatamente el Education Firs envió a todo el equipo para llevar al antioqueño al lado de los líderes y lo lograron en poco tiempo.
Vino el momento de ataques y contraataques y ésto tranformó la situación de carrera. Con un grupo de 12 ciclistas a la cabeza, la base de este colectivo fue el paquete de escapados, y un par de favoritos para ganar al embalaje o con un ataque a poco del final, Sam Bennett y Peter Sagan. El trabajo logró ampliar una diferencia a más de dos minutos y treinta segundos con relación al lote del líder Roglic.
Andersen, el ganador de la etapa. A falta de 15 kilómetros se armó la batalla. Por el perfil de clasicómanos de la mayoría de los integrantes del grupo puntero, no era fácil partir, pero Kragh Andersen lo intentó y sacó una luz que rondó los 15 segundos en sus primeros pedalazos, pero fue aumentando; los perseguidores no se ponían de acuerdo para trabajar en equipo y Andersen entró a los 10 kilómetros con 37 segundos de ventaja.
Atrás, el lote de los líderes venía muy tranquilo y en pocos kilómetros la diferencia superó los 5 kilómetros. Andersen ya había ganado en Lyon y con un promedio de velocidad de 57 kilómetros en la parte final, venció en la etapa 19. Por el segundo lugar hubo embalaje, a 53 segundos Mezger superó a Stuyven en la raya de sentencia.
Roglic, Pogacar y ‘Superman’ arrivaron en el lote a siete minutos y 38 segundos, entre los mejores de la general no hubo cambios. Miguel Ángel López mañana con la prueba de fuego para mantener el podio.
Y sí, ahora si se puede decir, la etapa para los mejores fue de ‘transición’, palabra que sólo se puede decir después de se corren las etapas.