El pasado 8 de junio se celebró el día internacional del océano. Atlántico, Pacífico, Índico, Glaciar Antártico y Glaciar Ártico, el 71 % de nuestro planeta, aproximadamente 361 millones de kilómetros cuadrados son agua de mar.
Los océanos moldean el planeta y todos compartimos un código genético común con los mares. El agua es la sangre del mundo y la consistencia de nuestra sangre se asimila a la del agua de mar. Todo nace de una enorme placenta marina, desde la primera bacteria hasta los seres más complejos. Sin agua no hay vida.
Se cree que por la inmensidad de los océanos, los mares son inagotables y que nada de lo que hagamos los puede acabar… grave error. Cada año más de 8 millones de toneladas de plástico se arrojan al agua. A este paso en el año 2050 podría haber más plástico que peces en los océanos.
La paleontología, ciencia que nos transporta al pasado, data antigüedad de fósiles como esqueletos de ballenas que nadaron por donde una vez hubo mar.
Aterra saber que al ritmo que vamos, en el futuro el fósil más común será un pedazo de plástico. Una pena muy grande para la civilización actual por nuestra incultura. Si seguimos al paso que vamos, la naturaleza va a colapsar.
El surfing, de una manera naturalmente fascinante, conecta el alma de las personas que descubren este deporte con la fuerza de las olas; y enlaza el espíritu humano con el de la energía superior del océano. Así, mucho de la esencia de este deporte tiene que ver con el respeto y el cuidado de los océanos y de la madre naturaleza. El surf anima a preservar el medio ambiente y a valorar nuestro planeta. Surfear es emprender un hermoso viaje por el cuidado de lo natural.
Un llamado amigable y generoso para sensibilizarnos por lo ambiental, por nuestra propia armonía y la de los hijos de nuestros hijos. A no tirar nuestra basura en las playas, en los campos y en ninguna otra parte que no sea su debido lugar. A despertar nuestra humanidad y la razón de ser en común por nuestra propia paz mental. A escoger el camino ecológico y el comportamiento armonioso con lo ambiental, seguro ese pasaje nos dará mucha felicidad y será aún más la que generaremos.
Cuando a la vida se le da una oportunidad, la vida espléndidamente florece.
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