Tres grandes de Europa siguen pasando problemas debido a la incapacidad que han tenido sus técnicos para consolidar un equipo y una idea de juego.
La realidad de cada equipo es diferente, así como la calidad de sus nóminas. Sin embargo, el problema tiene un común denominador.
Sus entrenadores no han tenido la capacidad de transmitirles a sus jugadores la idea de juego y cada vez que salen a la cancha se ve la falta de conexión que existe entre lo que su técnico quiere y la forma como ellos podrían jugar.
Koeman, Solskjaer y Pochettino están viviendo una tormenta en las últimas semanas, sus equipos están jugando muy mal, obtienen resultados más por la genialidad de sus figuras que por su juego colectivo y este fin de semana que se vivía una jornada de clásicos, tuvieron muy malos resultados.
El Barcelona perdió en Camp Nou ante Real Madrid, el Manchester United fue humillado en condición de local por el Liverpool y el PSG fue incapaz de ganarle al Marsella como visitante.
El caso de Koeman es más complejo porque no asume su responsabilidad y se escuda en que, según él, cuenta con una plantilla limitada.
Muchos entrenadores quisieran contar con los jugadores que tiene el equipo ‘Culé’ y seguramente tendrían la capacidad para jugar mucho mejor que lo que viene haciéndolo.
No se puede jugar de peor forma, pero tal vez lo más grave es que no se puede gestionar un plantilla tan mal como lo hace el entrenador de los países bajos.
Koeman sigue tomando malas decisiones al momento de conformar el equipo y los cambios suelen ser equivocados, negándose a dar oportunidad a valores de la cantera que han demostrado que tienen mucha capacidad y podrían ayudar a cambiar la realidad del equipo.
Hombres que en sus selecciones juegan muy bien como Busquets y De Jong demuestran que el problema es la falta de capacidad de Koeman para interpretar la forma como debería jugar su equipo y aprovechar el talento de sus jugadores.
Por el lado del Manchester la cosa es también muy compleja. El equipo comenzó muy bien la temporada impulsado por el regreso de Cristiano, pero ha venido cayendo y no logra recuperar el nivel que se espera de un equipo que cuenta con una nómina de lujo.
Ya ha pasado en temporadas anteriores que vienen jugando muy mal y apenas se siente el rumor de salida de Solskjaer, comienzan a mejorar.
Pareciera que al técnico le gusta estar en esa posición y necesita de esa adrenalina para tomar mejores decisiones, encontrar el sistema y los futbolistas para interpretar el plan que un equipo como el United requiere.
Por último, en Paris el tema sigue siendo delicado. Los resultados mantienen a Pochettino, pero el técnico no ha podido lograr que su equipo juegue bien.
Esto se ha venido disimulando porque Mbappé, Neymar y ahora Messi, le han dado una ayuda a través de su genialidad y han ganado partidos desde su capacidad individual, mas no de forma colectiva.
El PSG tiene la mejor nómina del mundo pero que no juega en equipo y no tiene una idea clara porque su entrenador no ha podido descubrir cómo ubicar a tantas figuras.
Los tres entrenadores se encuentran en un aprieto y muy posiblemente tengan los días contados al frente de sus equipos.
Koeman es, tal vez, el que primero debería salir, pero el Barcelona en este momento no tiene la capacidad económica para sacarlo y asumir el costo de lo que queda de su contrato, un riesgo que tendrá que valorar porque a este ritmo no va a clasificar a ninguna copa europea.
Solksjaer está agarrado de su historia como jugador e ídolo en el United y a la bendición que le dio Ferguson, pero el crédito se le está acabando y ahora después de semejante humillación es muy posible que los directivos se decidan a tomar la decisión y emprender un nuevo proyecto.
Pochettino llego precedido de un gran nombre por lo realizado con el Tottenham, pero no ha podido plasmarlo en el PSG.
Con la nómina que tiene no es posible que no haya podido encontrar un lenguaje común en sus jugadores y no encuentre un esquema de juego que los haga brillar como todo el mundo del fútbol lo espera.
Tres realidades diferentes que pueden terminar muy mal para jugadores, cuerpo técnico, directivos, pero especialmente para los aficionados de estos equipos que esperan verlos ganando títulos y estando en lo más ato del fútbol mundial.
Mauricio León L.