Terminó una de las temporadas más apasionantes en la Premier League, con una definición hasta la última fecha y un gran campeón, que vuelve a ganar y deja un récord histórico de cuatro campeonatos consecutivos. Tendrán que pasar muchos años para que otro equipo pueda lograr semejante hazaña en un torneo tan competitivo como la liga inglesa.
Fue una temporada en la que varios equipos fueron protagonistas y en la que el liderato fue alternado por Tottenham Hotspur, Arsenal, Liverpool y, finalmente, Manchester City. Eso nos habla de la magnitud del torneo, un campeonato en el que no hay tiempo para parpadear y que, a la postre, se definió por detalles y por la solidez de un equipo que, cuando le dieron la oportunidad de irse al frente, no la desaprovechó.
Creo que es irrelevante hablar del equipo de Josep Guardiola y de los recursos que ha invertido en consolidar una nómina. Es algo en lo que no nos vamos a poner de acuerdo. Es como si se cuestionara cuando el Real Madrid tuvo ese equipo de ensueño que, traído a las cifras descomunales que se pagan hoy en día, hubiera representado un gasto similar al del City. Lo interesante es que Pep ha tenido la capacidad de liderar este equipo y convertirlo en uno de los mejores de la historia.
Hablamos mucho de Erling Haaland y de su capacidad goleadora, la cual es innegable, pero se pasa por alto que la gran figura del equipo esta temporada fue Phil Foden. Es un jugador increíble, hoy por hoy es el mejor extremo del mundo, que marcó 19 goles y dio 8 asistencias en 35 partidos, valores muy altos para un extremo.
También se tiende a menospreciar lo que ha logrado Rodri Hernández. Con él en cancha los ‘ciudadanos’ ganaron 26 partidos, empataron 7 y no perdieron ninguno en esta temporada. De hecho, él ya acumula 74 juegos sin perder, superando a grandes leyendas del Milan como Demetrio Albertini y Paolo Maldini, que habían logrado 73 partidos sin conocer la derrota. Rodri es el motor del equipo, y cuando no estuvo por suspensión se presentó el bajón del equipo durante la temporada. Una vez regresó el mediocentro español, todo se estabilizó.
Además, desde el inicio del año el Manchester City se potenció con el regreso de Kevin De Bruyne. Tras la lesión, volvió en el momento en que más lo necesitaba Guardiola. En solo 18 juegos logró 10 asistencias y 4 goles: una auténtica locura lo que hace el belga por su equipo.
Ahora bien, en un torneo tan parejo donde el campeón hace el 80 por ciento de los puntos y el segundo logra el 78, se podría decir que el Arsenal en otra liga hubiera podido ser campeón. Pero en la Premier League no les alcanza para serlo porque no se puede dar ventajas. Cuando tuvieron la liga y solo dependía de ellos ganarla, cedieron puntos importantes que les costaron el liderato, algo que ya les había pasado el año pasado. Volvieron a dejar la oportunidad de ser campeones sobre la mesa.
Lo mismo se podría decir en el caso del Liverpool. Cuando estuvieron al frente no pudieron mantener esa ventaja y terminaron el torneo en la tercera posición, a 9 puntos del City. Entonces, está claro que en la mejor liga del mundo no se puede parpadear porque eso se paga. Si no se aprovechan las ventajas que da el tricampeón, será muy difícil impedir que sea tetracampeón porque ese equipo tiene el torneo controlado.
Esto último todavía le cuesta en la Champions League, donde se ha vuelto a encontrar con el equipo que mejor disputa ese torneo, el Real Madrid. El año pasado lo superó y esta vez, aunque no perdió en los dos partidos, no pudo mostrar esa superioridad para ganar la serie. Esto me lleva a pensar en lo interesante que sería tener a Carlo Ancelotti de vuelta en la Premier liderando alguno de los equipos del ‘Big Six’ de Inglaterra.
Solo queda agradecer a Guardiola, Arteta y Klopp por darnos semejante torneo y la posibilidad de disfrutar del mejor fútbol del mundo.