El Bayern demostró por qué es el mejor equipo de Europa y digno campeón de la Champions. Ganó el torneo invicto, amplio dominador desde la primera fase y demostró que después del parón por la pandemia era el equipo más fuerte.
Un equipo dirigido por un gran técnico, Flick, quien planteó un gran partido ante el PSG. Fue más agresivo poniendo a Kingsley Coman por la banda izquierda y con este cambio tuvo una salida permanente por esa banda, con un gran jugador que no se cansó de desbordar a su marcador y que lo superó cada vez que quiso, de hecho, lo sorprendió en el gol con un gran cabezazo libre de marca. Lo paradójico es que Coman es un jugador de la cantera del PSG, con lo que se cumplió la inexorable ley del ex.
El Bayern tuvo un gran funcionamiento, un equipo agresivo que no se cansa de jugar al fútbol y que presiona en todas las líneas con el objetivo de no dejar jugar a su rival y de buscar siempre el arco contrario en busca del gol. Las figuras del equipo no fueron sus delanteros ni el polifuncional Thiago Alcántara, que no se cansa de quitar balones y de hacer jugar a sus compañeros; qué falta que le hace al Barça este crack. Vimos en todo su esplendor al mejor arquero del mundo, lo de Neuer es de locos, sacó tres mano a mano de forma increíble, no se entiende cómo hace para cubrir el arco de esa manera y la forma como extiende sus pies es impresionante. Primero fue a Neymar en dos ocasiones y luego en la jugada definitiva del partido lo hizo frente a Marquinhos, quien definió cruzado y no pudo superarlo.
El PSG jugó un partido inteligente, por momentos logró superar al Bayern, pero se encontró con una barrera humana y la falta de efectividad de sus delanteros, especialmente Mbappé, quien de manera increíble le entregó un balón a las manos de Neuer. El que no pudo brillar fue Neymar. En el primer tiempo pudo mostrar un par de destellos de su calidad, generando peligro en el arco alemán, pero en el segundo tiempo fue superado por una marca escalonada que le puso Flick y que no lo dejó desplegar todo su talento.
La orden era que cada vez que Neymar tomara el balón, debían caer dos o hasta tres jugadores del Bayern y, si lograba superar al primero, el segundo le cometía una falta; de esta forma lo controlaron de manera eficaz y el brasileño no pudo generar su juego.
Estamos frente a un digno campeón de Europa y ganador del triplete, hazaña que ya había logrado en 2013 comandado por Jupp Heynckes y que parecía muy difícil de lograr nuevamente. Este Bayern se paseó por la Liga Alemana superando al Borussia Dortmund, luego ganó la Copa de Alemania goleando al Leverkusen y haciendo lo propio en la Champions en donde comenzó goleando al Chelsea, humillando al Barcelona y dando cátedra de efectividad frente al Lyon, para llegar a la final y ganarla de la mano de Coman y Neuer.
Los amantes del fútbol nos quedamos con las ganas de ver más fútbol. Tuvimos un mundialito espectacular con grandes partidos y con un justo ganador. Un torneo atípico a un solo partido y en cancha neutral en donde se igualaron las diferencias y a puro fútbol se demostró quién era el mejor. La UEFA tendrá que evaluar si vale la pena hacer ajustes al torneo y darle la emoción que generan estos enfrentamientos al jugar en campo neutral. Por ahora a descansar de fútbol y a buscar otra entretención; espero que hayan disfrutado de este gran torneo como lo hice yo.
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