Una nueva desilusión para el fútbol colombiano se presento la semana pasada con la eliminación de Millonarios y Nacional de la Copa Libertadores.
Dos de los llamados equipos grandes de nuestro país ni siquiera pudieron entrar en la fase de grupos del torneo más importante de América.
Nuestro fútbol sigue de capa caída y ya no sorprende que los equipos ni siquiera sean capaces de llegar a una zona de grupos.
(Nairo acecha el ‘Top 10’ de la París-Niza)
La falta de competitividad nos está pasando una factura muy cara y es que en cuatro partidos perdimos 3 y empatamos uno.
Lo peor, fue frente a rivales que no están desplegando un buen fútbol y que seguramente serán eliminados en la primera fase.
Millonarios, con una nomina muy corta, trató de ser fiel a su propuesta futbolística y dio la cara en Bogotá frente a un equipo brasileño que tenía muy poco juego y a Felipe Melo.
La falta de experiencia y jerarquía de Eduardo Sosa acabó con los planes del ‘profe’ Gamero y obligó al equipo a jugar con diez jugadores.
Sin embargo, el equipo se sobrepuso y pudo obtener un mejor marcador si Silva no se hubiera perdido un penal que podía cambiar la historia del partido.
Una dura derrota que se termino pagando de visitante, en un juego en donde se tenía que ganar y se termino perdiendo ante la falta de capacidad para generar jugadas de peligro y por la necesidad de ir al frente, pero con poca efectividad.
Nacional, con una mejor nomina, sobre el papel, porque en realidad no la ha hecho pesar y en los dos partidos termino cayendo ante un rival que no demostró gran nivel, pero sí mucha efectividad.
Las ‘verdolagas’ nunca pudieron imponer condiciones y después de empatar el juego les terminan haciendo dos tantos que los dejaron con una diferencia de gol difícil de remontar.
Con un escenario adverso, con técnico interino y con la responsabilidad de voltear un marcador no pudieron ganar en Medellín y terminaron siendo víctimas de sus horrores, empate en el que tampoco se pudo ver la diferencia que en teoría existía entre los dos equipos.
Este panorama no puede ser peor y es el reflejo de lo que vive nuestro fútbol. Con pocas figuras y sin grandes contrataciones los equipos salen a competir sin jerarquía en búsqueda de un milagro futbolístico que les permita pasar de ronda.
Los directivos de nuestro fútbol siguen sin consolidar proyectos ni apostarle a la obtención de buenos resultados.
De lo contrario cómo se explica que Millonarios asista a un campeonato internacional con una nómina tan liviana, en un equipo que perdió a su goleador y referente y al motor del medio campo.
Jugadores que no fueron reemplazados con contrataciones de jerarquía. No me digan que Herazo tiene nivel para ser protagonista en una Libertadores o que solo con la calidad de Daniel Ruíz se puede tapar la falta que hace Giraldo.
Lo que no puedo entender es que Gamero permita que le sigan desbaratando el equipo y luego con las uñas trate de sacar resultados.
Lo visto es que el ‘profe’ tiene un equipo para el ámbito local, pero no para competir a nivel internacional.
Solo hasta que le den las herramientas podrá hacer un buen papel, porque la calidad y la idea futbolística la tiene de sobra, pero sin jugadores de jerarquía no se consiguen resultados.
En la otra orilla y con un mayor presupuesto está Nacional, un proyecto que se esperaba que llegara mucho más lejos, pero que de la mano del ‘profe’ Restrepo no iba a llegar a ninguna parte.
Este era un técnico que no contaba con el respaldo de los directivos y que luego del fracaso que tuvo en el torneo local asumió la responsabilidad de seguir manejando el equipo.
Aunque sus directivos no confiaban en él y lo llenaron de asistentes y consultores para acompañarlo, ese apoyo que no se vio por ningún lado y término con la salida del técnico antes del último partido en donde se jugaba la permanencia en el torneo.
Era más lógico dejar a Restrepo para que tratara de darle la vuelta a la situación que traer al salvador de los problemas de Nacional y que nunca dejan en propiedad: el ‘profe’ Herrera.
La verdad la falta de dirección en Nacional es aterradora. Hace rato que el equipo perdió el rumbo y que no sabe para donde.
Lo que nos queda en nuestro fútbol es una verdadera transformación, un cambio de directivos, que llegue sangre nueva a los equipos, con verdaderos dirigentes que crean en sus equipos y que desarrollen jugadores con proyectos a mediano plazo.
La prioridad no debe ser llenarse los bolsillos sacando figuras porque hace rato que no disfrutamos de un jugador por más de dos temporadas.
Ojalá que por el bien de nuestro fútbol los equipos le apuesten a verdaderos proyectos deportivos y se preocupen por competir a nivel internacional para devolver la grandeza a nuestro fútbol.
Mauricio León L.