Tengo susto de morir y de que nadie defienda la verdadera historia, lo digo porque me enerva cuando escucho o veo por televisión a periodistas hablando de cosas que no tienen ni idea. Es cierto que son cuestiones de hace muchos años, pero si no saben, ¿por qué no preguntan o van a los archivos?
Cuando estos niños de ahora me dicen «la Copa América es el torneo de Selecciones más antiguo del mundo mundial», yo grito al frente de mi pantalla gigante como loco: «¡mentira!» . Y creo que se escucha en toda la montaña en donde vivo en soledad. Las mentiras alteran mi vida de ermitaño, pero más me perturba que nadie diga que eso no es cierto.
El torneo más antiguo de Selecciones del mundo es el ‘Home International Championship’. Inició en el año 1883 y su primera edición culminó en 1884.
La Copa América es el torneo más antiguo de Selecciones que aún se juega, pero el más viejo es el que mencioné, el cual vi en los estadios desde finales del siglo XIX. Eso no quiere decir que no le tenga un gran afecto a la Copa América. Por culpa de las guerras me refugiaba en Brasil, la tierra de mi madre, o en Argentina, en donde habían fijado su residencia mis padres.
Estuve en el comienzo de este torneo que se mantiene y este año (2015) regresa a Chile, un país en donde supe por primera vez de otro país suramericano. Entiendo que esta revista, que le da espacio a la memoria, es colombiana o por lo menos se edita en ese país.
La primera vez que pensé en serio en Colombia fue por una Copa América. Durante la Segunda Guerra Mundial me refugié en casa de mis padres en Argentina y, cuando me enteré del Sudamericano, en esa época se llamaba así, volé hasta Santiago.
Había un calor insoportable, era enero de 1945, y tengo que reconocer que fui a ver a Brasil, debutaba en el torneo. Pero los que creen que Brasil nació grande, les tengo que contar que mis primos de Río de Janeiro eran objeto de mis burlas; yo, aunque muy chico, nací en Argentina, me fui a Londres, razón para ‘enrostrarles’ sus comienzos.
La Selección, hoy pentacampeona del mundo en 1917, otra Copa que pude ver, recibió sendas goleadas por Argentina y Uruguay, y en sus primeros 10 partidos internacionales, solo pudo ganar 3. Pero desde la década del 30, el fútbol al ritmo de la samba empezó a desarrollar habilidad. Si miramos los choques entre Argentina y Brasil antes de 1940, los hoy ‘verde amarelo’ solo pudieron ganar en 6 partidos.
Y esa mejoría se debe a un grupo de jugadores liderados por Domingos da Guía, un defensor de raza negra con una categoría para jugar que solo se le puede comparar con la malicia que se apoderaba de su cuerpo cuando tenía que defender la zona.