Luego de varios intentos y de una inversión millonaria, el Manchester City se ha coronado campeón de la Uefa Champions League.
El trofeo más importante de Europa llega a la vitrina de los ciudadanos y convierte a la ciudad de Manchester en una de las que tiene a dos campeones de Europa.
Los dirigidos por Guardiola por fin lograron cumplir su anhelado sueño de estar en lo más alto del mundo, luego de superar al Inter de Milán y de ser uno de los mejores campeones de la historia de la competición.
Con una media de gol de 2,47 goles por partido y tan solo 0,39 goles recibidos se consolidó como el mejor equipo del torneo, soportado por los 12 tantos de su goleador Erling Haaland, quien con 22 años se convirtió en el goleador más joven de la historia, quien ya alcanzó los 35 goles en la competición, un récord histórico a su corta edad.
Durante esta edición los ‘ciudadanos’ han sido el equipo más regular, con 13 partidos disputados, de los cuales ganó 7, empató 5 y no perdió ninguno.
Tuvo una precisión en los pases del 90,16% y un 56,62% de posesión, números que respaldan la excelente campaña y confirman quién era el mejor equipo de esta edición.
El camino hacia la final enfrentó al City con grandes equipos. En la fase de grupos superó al Borussia Dortmund, Sevilla y Copenhague.
En octavos superó al Leipzig, en cuartos al Bayern Múnich y en semifinales al Real Madrid, todos con juegos en los que no cedió ningún partido y en los que mostró una superioridad, especialmente en cuartos y semifinales con auténticos recitales de fútbol.
En la final, como se esperaba, tuvo un partido complicado frente al Inter de Milán. De hecho, fue un duelo muy interrumpido y marcado por la superioridad táctica de los italianos en el medio campo y la zona defensiva.
Esto hizo que fuera un juego muy trabado y con pocas ocasiones de gol, especialmente en la primera parte, en donde el City no pudo descifrar la forma en la que debía llegar al arco rival y chocó todo el tiempo con Bastoni, Acervi y Darmian, quienes jugaron un partido excepcional.
En la segunda parte y luego de la charla técnica, los de Guardiola se sintieron mucho más cómodos y fuero encontrando espacios que los llevaron a conseguir el tan anhelado gol a través de Rodri, uno de los mejores mediocentros de la actualidad.
Qué mejor premio para el español que darle el gol del triunfo a su equipo con un tiro milimétrico que entró con suspenso y fue suficiente para acabar con la falta de títulos que tenía en Champions el equipo de Pep.
Nos quedamos con las ganas de ver a Haaland en todo su esplendor. El noruego estuvo muy bien controlado por Acervi y Bastoni y tuvo muy pocas chances de marcar; tan solo un tiro con peligro en el primer tiempo y una gran diagonal que arrastró a toda la defensa del Inter dejando solo a Foden, quien definió muy mal, en lo que pudo ser el cierre del partido y la tranquilidad del City.
Y digo la tranquilidad porque a partir de esa jugada el equipo entró en pánico y comenzó a mostrar un juego que no hacen de manera natural.
El Inter, con muy poco, se fue encima en busca del empate y con un par de llegadas convirtió a Ederson en la gran figura de la final.
Eso sí, la defensa del City, especialmente Akanji, le tiene que dar muchas gracias al terrible nivel en el que está Lukaku.
El jugador belga, quien fue considerado uno de los mejores 9 del mundo, se encuentra en un nivel muy bajo y por momentos parecía más otro defensa del City.
Esta vez la suerte estuvo del lado de los dirigidos por Guardiola, esa suerte que muchas veces le faltó para pasar a una final o ganar el torneo.
No se si es un tema de justicia y por fin pudo superar todas las adversidades para coronarse campeón y llegar a lo más alto con el equipo que mejor juega al fútbol en la actualidad.
Seguramente muchos esperaban que el City arrollara al Inter y le diera un repaso de fútbol como lo hizo con otros equipos antes de llegar a la final, pero bien dicen que las finales no se juegan, simplemente se ganan y eso fue lo que hicieron los ingleses.
En esta oportunidad no se dedicó a dar un gran espectáculo. De hecho, no le hacía falta porque ya lo había dado, pero entendió que también se puede ganar sufriendo y luchando y eso fue lo que hizo y hoy nadie puede decir que no ganó el mejor y aunque muchos lo envidien, se consagro campeón nuevamente el mejor entrenador del mundo y con otro triplete, algo que muy pocos van a poder lograr.
Mauricio León L.