En el fútbol nacional hay una controversia con respecto a Óscar Cortés. No se sabe si el jugador acudirá a la convocatoria de la Selección Colombia para jugar el Mundial Sub-20 o si se quedará con Millonarios disputando las instancias finales de la Liga Betplay Dimayor y los últimos partidos de la fase de grupos de la Copa Sudamericana.
Indiscutiblemente, es el jugador colombiano de la categoría juvenil con mejor actualidad, por lo cual sería pieza fundamental para el seleccionador Héctor Cárdenas. Ahora bien, al tratarse de un torneo orbital de menores su club no tiene la obligación de cederlo.
En las últimas horas se supo, según versiones de varios periodistas, que Gustavo Serpa, máximo dirigente de Millonarios, no quiere soltarlo. El directivo sabe que el calendario va a estar apretado con partidos de mucha exigencia y vitales para los objetivos del club, y que los posibles suplentes de Cortés son muy inferiores a él.
Pero esa voluntad de Serpa no es definitiva. De hecho, los accionistas de la institución recibieron una encuesta digital en la que se les consulta su opinión sobre esta situación. No se conoce el resultado oficial de este sondeo, pero se supone que los hinchas con participación accionaria en Millonarios prefieren contar con el jugador en la recta final del semestre.
Por su parte, Alberto Gamero, director técnico del equipo ‘embajador’, habló largo y tendido sobre Cortés en la rueda de prensa posterior a la victoria sobre América de Cali. Pero palabras más, palabras menos, el entrenador samario dijo que la decisión debía ser tomada por el jugador.
Justamente al futbolista, que fue elegido como la figura de ese partido, le preguntaron por eso al final del juego, y no se comprometió con una respuesta. «No sé qué vaya a pasar; por el momento estoy concentrado acá. Si se da la posibilidad, bien porque es lindo jugar en la Selección Colombia, pero vamos a ver qué pasa. Con el favor de Dios, que se dé lo mejor», le dijo a Win Sports.
En resumidas cuentas: ni la dirigencia del club ni los hinchas quieren que se vaya, Gamero desea contar con él pero no quiere cortarle las alas al sueño mundialista del jugador, además porque sabe que no es conveniente retenerlo a la fuerza si él se quiere ir, y Cortés todavía no ha sentado -públicamente- su posición.