El fútbol, con sus estrellas, sus jugadas, sus inmensas cifras económicas y sus espectaculares puestas en escena, se presenta hoy no solo como un gran negocio, sino como una de las fuentes más grandes de entretenimiento de muchos habitantes del planeta. Por eso creo que tenemos que ser capaces de mirarlo con ojos atentos y estudiosos, que nos permitan encontrar lecciones para nuestra vida cotidiana. No basta con embobarse con las grandes jugadas que hacen los futbolistas; también debemos aprender de sus contextos.
El título del Liverpool en la Premier Ligue después de 30 años tiene que ser una gran oportunidad para entender qué pasó en este equipo para semejante logro. Pasaron varias cosas: las decisiones de los directivos –sin buenos proyectos empresariales no hay verdaderos triunfos deportivos-, la participación de buenos y acoplados jugadores –ellos son realmente el centro de cualquier equipo-, pero lo que más quiero destacar es el trabajo de Jürgen Kloop, un líder inspirador.
Sí, creo que este entrenador nos deja unas lecciones de liderazgo muy importantes. Él es un carismático líder que ha logrado construir un equipo capaz de las mejores hazañas en el campo. Y en una sociedad dónde notamos falta de liderazgo, se hace necesario entender qué es lo que hace este entrenador.
Propongo tres características de Kloop que pueden servir de referencia a todos aquellos que quieran liderar sus proyectos de vida y sus equipos de trabajo:
1. Gestiona de la mejor manera el talento y las personalidades del equipo, logrando que todos entiendan que por encima de los lucimientos personales, hay un objetivo común. En épocas de caudillos populistas, entender que la sinergia y la solidaridad son fundamentales para desarrollarnos como sociedad se impone como tarea. Un buen líder saber gerenciar los egos, los talentos y las limitaciones de los miembros de su equipo.
2. No cae en la trampa de querer saber de todo y opinar de todo. Recuerdo que al inicio del coronavirus le preguntaron sobre la pandemia. Él con humildad y mucha claridad respondió: “Los expertos con conocimiento son los que deben hablar sobre ello y decir: ‘hay que hacer esto o lo otro, y las cosas irán bien o no’. Pero no los entrenadores de fútbol. Yo soy un simple tipo que lleva una gorra de béisbol y va mal afeitado”. En estos momentos en los que todos son epidemiólogos, encontrar a un líder que acepta que ese no es su tema es sin duda inspirador. Los lídereres no tienen que saberlo todo; para eso ya existe Google. Lo que necesitan es saber motivar, evaluar y programar las actividades.
3. Es trabajador y estratega; eso se nota en el equipo. Entiende que el triunfo no es mágico sino fruto del trabajo y de la disciplina táctica. Sin esfuerzo, el éxito es un sueño imposible. Dolorosamente, todavía hoy existen muchas personas creyendo que sin trabajo y sin lucha se puede triunfar, lo cual no solo es una mentira sino un obstáculo para ser verdaderamente felices.
Jürgen Kloop, el líder, se vuelve ejemplo para nosotros, que queremos dirigir nuestra historia y realizar todos nuestro planes.
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