El inicio de temporada del Barcelona ya presagiaba la peor, pero existía una pequeña esperanza de que las cosas pudieran cambiar con el transcurrir de los partidos y el retorno de alguno de los jugadores que se encontraban lesionados.
Sin embargo, los presagios se han ido materializando desde la semana pasada, primero con la goleada que le volvió a propinar el Bayern en el Camp Nou y, segundo, el ridículo que sufrió en el cierre de la jornada con el empate 1-1 frente al Granada.
Lo grave no es caer goleado frente a uno de los mejores equipos de Europa; eso sería algo anecdótico si la imagen que dejó el equipo ‘Culé’ hubiera sido diferente.
Pero lo que vimos fue un equipo sin alma, con una propuesta futbolística muy lejana a lo que ‘Barca’ ha mostrado en los últimos años, con un planteamiento tímido
El Barcelona solo esperaba que pasaran los minutos para ver cómo su rival lo iba metiendo en su propio arco sin ningún tipo de ambición o respuesta ofensiva.
Koeman volvió a quedar en deuda, con un planteamiento que se aleja mucho de la identidad de este equipo y que muchos jugadores no sienten ni llevan en su sangre.
Esto se refleja en el resultado y la poca producción de juego que tuvo el equipo. De hecho, no se contabilizó una sola llegada con peligro ni un tiro al arco contrario; Neuer fue un espectador más.
Luego de la caída el entrenador neerlandés volvió a dejar muy mal a sus jugadores, cuando expreso en rueda de prensa que el equipo no tiene individualidades para afrontar un torneo de tal magnitud.
Además dijo que el planteamiento fue correcto porque la derrota pudo ser peor pero gracias a su esquema no sufrieron más.
Lo que no vio Koeman es que los alemanes no se exigieron, jugaron a media máquina y solo aceleraron cuando así lo decidieron, en un partido que dominaron de principio a fin y sin ninguna oposición del equipo español.
El cierre de la jornada en España le daba la oportunidad al orientador de recomponer el equipo y de salir a jugar con una mayor ambición, frente a un rival que en el papel no representaba un mucho riesgo.
Sin embargo, la historia se repitió y a los dos minutos de juego ya perdía y se veía dominado frente al Granada.
Un equipo ‘Culé’ sin ideas y sin generación de juego salió a buscar el partido de la peor forma posible: llenando de centros el área rival.
De hecho, genero 54 centros en busca de sus delanteros, algo desconocido para un equipo como el Barcelona, que nos tenía acostumbrados al fútbol de posesión y generación de juego.
Con este condimento un jugador como Depay termina diluido dentro del terreno de juego y ve cómo pasan balones de un lado para otro sin tener ninguna participación.
Lo más sorprendente sucedió cuando Koeman decidió ingresar a Piqué como centro delantero para seguir buscando el juego aéreo junto a De Jong; el central recordó cuando en sus inicios jugaba en esa posición y trato de aportar peligro en el frente de ataque.
No se entiende cómo en un equipo como el Barcelona llueven centros a diestra y siniestra para que al final se pueda encontrar un gol que salve los papeles, tal como lo hizo Araujo, quien es el mejor jugador, no solo en defensa sino también en ataque.
El perdedor al final del partido fue Koeman, quien nuevamente traiciono la forma de juego del barcelonismo y otra vez defendió su planteamiento, algo imposible cuando se tiene a figuras como Frankie de Jong, Puig, Busquets, Depay, que están acostumbrados a desplegar buen fútbol.
Está claro que esta es una temporada de transición para recomponer las finanzas del equipo y para buscar una identidad de juego sin Messi, pero lo que no debería ser negociable es que un entrenador que jugó en el Barcelona y conoce los valores del equipo se dedique a jugar de esa forma.
Menos mal que Messi ya no esta para tener que aguantar semejante espectáculo y Laporta tendrá que tomar una decisión.
Es cierto que el equipo no tiene recursos suficientes y sacar a Koeman cuesta bastante dinero, pero creo que puede hacerle mucho más daño dejar a un entrenador que ya perdió los papeles, se metió atrás frente al Bayern y ante Granada se dedicó a bombardear el área rival.
No quiero pensar qué tipo de partido le pueda plantear al Real o al Atlético. No la tiene fácil Laporta, pero por el bien del equipo ‘Culé’ debería tomar la decisión de ir por García Pimiento y entregarle el equipo a alguien que conoce a muchos de estos jugadores desde la cantera.
Mauricio León L.