Vivimos un superclásico espectacular, con un resultado inesperado y una marcada superioridad que hace unos meses era impensable y que ilusiona a los seguidores del Barcelona con el inicio de una nueva etapa.
Los dos equipos llegaron al clásico con expectativas muy diferentes. El Real Madrid traía una ventaja de quince puntos como líder solitario; el Barcelona estaba en la tercera posición, habiendo ganado seis desde la llegada de Xavi Hernández. Los ‘merengues’ llegaron con la camisa inflada luego de eliminar en Champions League al Paris Saint-Germain con una extraordinaria actuación de Luka Modric y Karim Benzema; los culés venían con la alegría de volver a ser un equipo competitivo internacionalmente luego de eliminar al Galatasaray en la Europa League. Estos logros no son comparables por la magnitud de los torneos, pero mostraban una buena forma en ambos conjuntos.
El Real no esperaba un Barcelona con ese despliegue y dinámica. No esperaban tanta agresividad y presión para recuperar el balón ni semejante verticalidad cuando ya lo tenían. El equipo catalán desnudó los problemas defensivos que acusa desde hace rato la ‘Casa Blanca’, que no habían sido tan notorios porque no se había encontrado en España con un equipo tan deseoso de ir al frente y aprovechar las dificultades de su rival para transformarlas en goles.
El PSG ya había mostrado la fragilidad de la zona defensiva del Real Madrid; sin embargo, no la aprovechó. Cuando amplió su ventaja en el partido de vuelta, en vez de ir al frente como lo hizo el Barcelona, se dedicó a cuidar el resultado. Incluso el entrenador Mauricio Pochettino sacó a Leandro Paredes, su mejor centrocampista, para tener un jugador de mucha más marca como Idrissa Gana Gueye, lo que le impidió seguir controlando el partido para capitalizar los espacios que los ‘merengues’ dejan atrás.
Lo que ha logrado Xavi como director técnico del Barcelona es impresionante: la competitividad con la que sus jugadores están asumiendo los partidos, la intensidad con la que luchan cada balón y la dinámica táctica son claras muestras de lo que se puede lograr con trabajo y, especialmente, con la confianza que un buen entrenador debe transmitirle a sus jugadores, convenciéndolos de que pueden volver a competir en el nivel más alto.
El liderazgo de Xavi es increíble. Ver la alegría con la que recibe a sus jugadores a la entrada del camerino es algo muy especial; el entrenador se toma el trabajo de esperar y felicitar a cada futbolista para transmitirle la confianza que tiene en cada uno de ellos. El nivel de complicidad es tan alto que se nota la entrega de cada jugador por cumplir con lo que quiere su técnico.
Como dicen en España, “me monto en la xavineta”. Todos los seguidores del Barcelona y los amantes del buen fútbol se están subiendo en este proyecto, que ilusiona y contagia. Es un equipo que se está acostumbrando a jugar bien y a definir los partidos por varios goles de diferencia aprovechando que sus jugadores han establecido un constante romance con la red adversaria.
El Real Madrid queda muy debilitado después de ser humillado en su estadio; no solo perdió por cuatro goles sino que dejó una imagen muy pobre. Es un conjunto que sin Benzema no genera mucho peligro y que tiene un problema muy grande en sus laterales: pierden la espalda con facilidad y dejan muchos espacios cuando el equipo retrocede. El entrenador Carlo Ancelotti tiene mucho trabajo con la zona defensiva, especialmente por la izquierda. La falta de Ferland Mendy es innegable porque se nota que Nacho, aunque conoce la posición, da muchas ventajas.
El aire que tenía en su camiseta luego de eliminar al PSG se fue rápidamente, y tendrá un tramo final de temporada que puede ser tortuoso si no corrige los problemas que tiene en defensa y la falta de efectividad cuando no está Benzema.
Ancelotti tiene la capacidad para recuperar a sus jugadores y tenerlos motivados para jugarse el paso a semifinales de la Champions. No lo tendrá fácil contra el Chelsea porque Thomas Tuchel seguramente vio este partido y tomó nota atenta de las debilidades que desnudó el Barcelona, por lo que nos espera una serie muy atractiva donde no se puede hablar de un favorito.