«En este torneo no nos vamos a meter en la cabeza que el equipo está cansado (…) Ojalá que yo no me vaya a equivocar en esto, pero yo no le veo cansancio al equipo. Lo que estamos haciendo es normal. Hay jugadores que han recuperado un partido, que entran, que salen; esa es la recuperación de nosotros», declaró Alberto Gamero, director técnico de Millonarios en la rueda de prensa posterior al empate como local sin goles contra Deportivo Pereira.
Los periodistas deportivos coincidimos en que al equipo bogotano se le ve cansado, y esa es la razón de las limitaciones ofensivas que ha mostrado en los primeros dos partidos de esta Liga Betplay Dimayor, en los cuales no metió goles y generó pocas oportunidades de marcar.
La explicación del entrenador fue que el partido estuvo «enredado» por el buen trabajo defensivo del rival. Es cierto que el Pereira ejecutó bien su estrategia para contrarrestar el ataque ‘embajador’, pero todo partido supone una resistencia de parte del rival. Lo que el reciente campeón y mejor equipo del país debe hacer es sobreponerse a las dificultades planteadas por el adversario, y Millonario estuvo lejos de eso.
Entonces, hay que ver qué falló en Millonarios. En ese sentido Gamero dijo que hubo errores en la ejecución de las jugadas ofensivas, principalmente los centros y los duelos individuales. Asegura que sus dirigidos llegaron a campo rival pero no tuvieron precisión para traducir esos acercamientos en ataques peligrosos. Según el entrenador, eso no tiene nada que ver con el cansancio.
«Veo al equipo siempre con los deseos de ir a buscar los partidos adelante. La presión que hicimos en el primer tiempo nos puso a correr. Entonces yo no le veo al equipo que está mermando o que está ahorrando energías para más tarde. En la presión alta que hicimos quitamos tres o cuatro balones por la intensidad que le pusimos», explicó Gamero. Según él técnico, el despliegue físico de sus dirigidos evidencia que no están cansados.
Incluso, el volante Daniel Giraldo, quien lo acompañó en la rueda de prensa respaldó esa postura. «Tenemos que mentalizarnos que este es un nuevo torneo, renovar nuestra fuerzas y salir a afrontar cada partido como siempre lo hemos hecho. No pasa por el tema cansancio. Muchas veces nos metemos eso en la cabeza y no es así (…) La vedad es que el equipo está bien», aseguró.
Entonces, en el equipo creen que el cansancio es una condición que se debe manejar con una mentalidad fuerte y rotaciones moderadas, que si realmente estuvieran agotados no mostrarían esfuerzo atlético en la cancha.
Esta radiografía me parece equivocada. El pundonor y la intensidad mostrada por los jugadores es fruto de su obediencia y respaldo a Gamero siguiendo sus indicaciones. Tienen la voluntad de jugar con el esfuerzo físico que los sacó campeones, y eso es loable. Pero el cansancio no se ve en la falta de esfuerzo sino en la improductividad del mismo.
Millonarios conserva su buena idea de juego y la respalda con su actitud, pero no encuentra lucidez. Entonces, producto del esfuerzo hace una presión alta intensa para recuperar la pelota. Pero luego no sabe qué hacer con ella o sí lo sabe pero no tiene lucidez y/o arrestos físicos para ejecutar bien las jugadas de ataque. De ahí surgen tantas imprecisiones en los duelos y los pases en el último tercio de la cancha, como se vio contra el Pereira.
Es cierto que el rival hizo un buen trabajo defensivo; es un equipo bien construido por un entrenador competente. Pero Millonarios sí se vio cansado, y ese cansancio está reduciendo su capacidad ofensiva, esa ‘chispa’ de la cual Gamero suele hablar.
Los ‘azules’ han jugado 43 partidos en lo que va del año, 30 de Liga (28 de la anterior y 2 de la actual), 10 de Copas Conmebol (4 de las rondas previas de la Libertadores y 6 en la fase de grupos de la Sudamericana), más 3 amistosos internacionales asumidos con alta exigencia. Incluso, luego de un comienzo de año en el que tuvo pocos compromisos porque le pospusieron varios juegos, Millonarios ha disputado 40 partidos en los últimos 154 días (desde el 18 de febrero), lo que arroja un promedio de un encuentro cada 3,85 días; dos por semana prácticamente.
Entonces el desgaste físico del equipo bogotano es real; no es algo metido en la cabeza, como dice Gamero, sino en el cuerpo, como lo muestra el calendario. No solo se debe luchar contra al cansancio con una mentalidad fuerte, aunque se debe tenerla. También habría que darle más descanso a los habituales titulares para que el equipo no se funda.
Como mínimo, Millonarios tendrá 22 partidos más este año: 18 que restan de la fase todos contra todos de esta liga, dos amistosos internacionales y los octavos de final de la Copa Colombia contra Atlético Bucaramanga. Podrían, y deberían, ser más juegos en la medida que el equipo clasifique a los cuadrangulares semifinales de la liga y supere rondas de la Copa.
Tal vez esa rotación «normal» que Gamero describe como «jugadores que han recuperado un partido, que entran, que salen» deba replantearse. Quizás haya que hacer recuperaciones físicas más drásticas, como poner un equipo netamente alterno en partidos como visitante contra equipos ante los cuales no hay una rivalidad intensa.
Los últimos tres campeones de la Liga Betplay, Deportivo Cali, Atlético Nacional y Deportivo Pereira, no estuvieron en los cuadrangulares semifinales del siguiente campeonato para defender dignamente su título. La gestión de la nómina, en medio de un calendario tan duro, será crucial para que eso no le pase a Millonarios.