El Barcelona no la pasa bien desde que perdió el clásico, el equipo ha perdido los papeles y no encadena una seguidilla de partidos ganados. Se le volvió costumbre ganar, y luego perder; para levantarse y volver a ganar.
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Ya esta semana perdió la oportunidad de cerrar el grupo de Champions y cayó frente a un rival muy débil como el Shakhtar Donetsk; y el fin de semana, salvó un partido que comenzó perdiendo a los 20 segundos de la parte inicial frente al Alavés, equipo que le perdonó la vida y que no quiso sentenciar el resultado, pues, Samu tuvo un par de opciones que debían haber terminado en gol y que terminarían por hundir a los catalanes en el letargo en el que andan.
Lo cierto es que el Barcelona volvió muy rápido a nublarse y esa ilusión que dejó al inicio de la temporada se ha ido desvaneciendo. Es un equipo, en donde sus grandes figuras van y vienen, y no logran consolidar un buen inicio de temporada.
Joao Félix llegó como una de las soluciones a la falta de gol y picardía que tiene el equipo y se concentró muy rápido gracias a la confianza que le dio Xavi, pero luego de marcar 3 goles y de dar cuatro asistencias se ha ido diluyendo y no es sombra del jugador que prometía despuntar con los blaugranas.
Gündoğan ha dado un paso al frente, pero no está rodeado correctamente y no ha podido desplegar todo el fútbol que se espera de un jugador con semejante categoría. Esta claro que no es lo mismo jugar con Rodri que con Oriol Romeu, un jugador del que se esperaba mucho, pues ya venía con bastante recorrido y conocía muy bien la filosofía de juego y lo que se requería para cubrir el hueco que dejó Sergio Busquets.
El paso al frente que debía dar con la lesión de Frankie de Jong no se vio y Xavi ha tenido que recurrir a diferentes inventos que no han salido bien y que obligan a jugadores que no sienten la posición, a jugar como alternativa, justo en una zona del campo, que es fundamental para el sistema del equipo culé.
Para que el alemán, exManchester City, pueda mostrar todo su talento necesita jugadores que lo acompañen y, si bien Pedri por fin volvió, todavía necesita tiempo luego de esa larga ausencia, para convertirse en el socio ideal, porque, está claro que la lucha de Gavi no es una sociedad para un jugador que siente el fútbol de otra manera.
Ahora, si el medio campo es un problema, la peor pesadilla está atrás: con una defensa que pasó de ser muy segura, a convertirse en un mar de medios; otra vez, ha tenido que aparecer Ter Stegen como salvador de una saga que se nubla y que no esta dando seguridad, tal vez por la cantidad de rotaciones, producto de las lesiones y de los malos partidos, lo que ha permitido que Xavi se decida y termine haciendo experimentos que hasta ahora vienen saliendo muy mal.
El bajo nivel de Koundé; las dudas de Christensen, uno de los pilares de la defensa en la temporada anterior; el bajonazo de Baldé; las dudas de Cancelo, que han obligado a poner a Araujo de lateral; y el retroceso de Alonso, que nunca dio un paso al frente, ni se convirtió en líder de una defensa que necesitaba a un jugador con la experiencia y liderazgo que tuvo en el Chelsea.
Con estos condimentos y sin analizar la falta de gol de un equipo que apenas logra ganar los partidos por la mínima diferencia, son elementos suficientes para hablar de crisis y de un entrenador que no ha podido poner a funcionar a un equipo del que se espera que diera un salto de calidad, luego de estar perdido por varias temporadas en Europa y en España.
Con un rendimiento del 66% desde que llegó al club, es algo que para un técnico de un equipo como es Barcelona es muy cuestionable, de hecho, otra sería la historia si no se tratara de unos del exjugador más querido del club y del que se espera sea uno de los sucesores de Guardiola; sin embargo, el camino está muy lejos y por ahora, aunque ha recuperado la confianza del club, todavía está muy lejos de contar con un equipo que juega al fútbol y entretenga como se espera del equipo catalán.
Lo cierto es que, el entrenador sigue con un discurso que no reconoce la autocrítica y que, ahora se escuda en la prensa; algo que Xavi sabe muy bien no es cierto, pues él bien sabe la presión mediática que vive el equipo y que siempre va a estar en la lupa de los medios; así que ese discurso es claramente un distractor para lo mal que esta haciendo las cosas su equipo y un toque de atención para sus jugadores, los cuales tienen que dar un paso al frente; así como lo debe dar el entrenador, pues se espera mucho de él y de este equipo, que hasta ahora solo aburre y que no hace sino sufrir a sus fans.
Solo espero que esto sea temporal y por el bien del equipo y de los culés el Barca vuelva a ser el equipo que lideró Messi.
Mauricio León L.