Ashleigh Barty, la mayor favorita al título, la mejor jugadora del ranking mundial, la esperanza local, pasó con facilidad a la final del Abierto de Australia.
Derrotó por 6-1 y 6-3 a la estadounidense Madison Keys, una jugadora competitiva que apenas logró superar la hora de juego. Barty se convirtió en la primera jugadora local que llega a la final en el Abierto de Australia desde 1980, y es la mayor candidata a levantar el trofeo mayor el sábado.
Del otro lado de la red estará Danielle Collins, una sorpresa que no es sorpresa. En medio de la irregularidad del tenis femenino, es normal que una jugadora con pocos pergaminos alcance las instancias decisivas en grandes torneos, y ese es el caso de esta norteamericana.
La vigésimo séptima preclasificada superó a la polaca Iga Swiatek, la séptima sembrada del torneo con parciales de 6-4 y 6-1.
Ahora Collins pretenderá dar la sorpresa ante la gran favorita y, por lo explicado, esa sorpresa no sería tan sorpresiva. Barty querrá responder a las expectativas de la afición australiana y de quienes aspiran a ver una jugadora dominante, como no la ha habido en los últimos años.
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