Terminaron los cuadrangulares de la liga colombiana, que dan cupo a la final del segundo semestre, y es momento de hacer evaluaciones y valoraciones. Es la definición de un torneo que sigue siendo emocionante pero que al mismo tiempo es injusta porque no premia al equipo más regular del semestre. Es una competición donde salen a relucir el momento de los jugadores y la capacidad de los entrenadores para potenciarlos en las instancias definitivas.
Águilas Doradas, el mejor equipo del semestre, no pudo consolidar ese liderazgo. Tener un invicto con doce partidos ganados, ocho empatados y ninguno perdido, algo que ningún equipo había logrado en una fase todos contra todos, no le sirvió de nada. A pesar de tener la ventaja deportiva del punto invisible, no pudo con la responsabilidad y terminó quedando eliminado de manera anticipada. De hecho, solo a partir de que se confirmó su eliminación pudo encadenar dos victorias. Al parecer sus jugadores no pudieron con el peso del favoritismo y resignaron la posibilidad de llegar a una final del fútbol colombiano.
El Deportes Tolima, hasta hace dos fechas con la mejor opción para llegar a la final, se terminó quedando. Eso no demerita la campaña excepcional que realizó el equipo de Ibagué, que de la mano del técnico David González se metió en los cuadrangulares finales luego de estar totalmente perdido con Juan Cruz Real. Luego en la disputa por la final le faltó muy poco, pues llegó a la última fecha con la primera opción, pues el empate en Barranquilla le bastaba, pero no pudo frente al Junior.
Los ‘tiburones’ repitieron la hazaña; otra vez entraron a los cuadrangulares finales en las últimas fechas. El sorteo los ubicó en el grupo A, que en el papel era mucho más accesible para llegar a la final. El equipo de Arturo Reyes logró consolidar una buena campaña y aprovechó el favor que le dio Águilas al ganarle al Tolima en la penúltima jornada. Para clasificar tenía que ganar en el Estadio Metropolitano, oportunidad que no desperdició y lo tiene celebrando el precarnaval en Barranquilla. Mucho mérito es del técnico que recuperó el poder goleador de Carlos Bacca y el fútbol de Deiber Caicedo.
En el cuadrangular B se hizo justicia y el equipo que, sobre el papel, era el más débil por ser el menos grande se impuso ante los llamados tres gigantes del fútbol colombiano. Millonarios, Nacional y América que no pudieron con el buen fútbol y dinámica del Deportivo Independiente Medellín. El conjunto del profesor Alfredo Arias, hoy por hoy, es el que mejor está jugando al fútbol en Colombia.
Lo del profe Alberto Gamero en Millonarios vuelve a ser otra decepción. A su equipo se le acabó la gasolina y la falta de recambio en el vestuario lo llevó a perder la clasificación a la final. Las lesiones, el cansancio de sus jugadores y las malas decisiones técnicas terminaron dejando a los ‘embajadores’ por fuera de otra final. Lo de este club en cuadrangulares es muy malo, de 22 jugados solo ha pasado a cuatro finales. Tuvo un primer semestre excepcional ganando la Liga, pero, aunque no lo quiera reconocer, lo del segundo es muy malo perdiendo la final de la Copa Colombia y quedando por fuera de la disputa del título.
Nacional sigue dando tumbos con otro cambio de técnico y la responsabilidad para un joven con mucho conocimiento y capacidad, pero muy poca experiencia para liderar un proyecto que exige resultados. Jhon Bodmer salvó la campaña ganando la final de la Copa, pero se quedó por fuera siendo goleado por su rival de patio y dejando una muy mala imagen.
Finalmente, el América tuvo unos cuadrangulares para el olvido. Sumó solo tres puntos y quedó eliminado de forma prematura luego de no desplegar el fútbol que tuvo durante la segunda parte del torneo y que le permitió clasificarse de manera anticipada a los cuadrangulares. Se esperaba mucho del equipo de Lucas González, pero se quedó en el discurso y falta de autocrítica de su entrenador. Es un conjunto que tiene una propuesta de juego muy interesante, pero que no se pudo consolidar por la falta de efectividad de sus delanteros y las falencias que tiene en el retroceso, donde la mayoría de las veces queda expuesto y a merced de los atacantes rivales.
Tenemos dos finalistas; los dos llegaron por méritos propios, pues al final lo que queda es que cada uno se impuso en su cuadrangular. Ahora solo resta que nos ofrezcan una linda final, y que gane el mejor en un torneo que premia el presente y no la regularidad.