El Barcelona es ahora más líder que nunca, con una diferencia de doce puntos sobre el Real Madrid y con una gran opción de volver a coronarse campeón de LaLiga de España. Si bien queda mucho camino y en el fútbol no se puede sentenciar un título por adelantado, por lo menos hasta que existan posibilidades matemáticas para el que persigue, parece bien complicado que el equipo azulgrana desfallezca y el ‘merengue’ le pueda descontar semejante diferencia. Pero con once jornadas por disputar, queda mucha liga en juego, por lo que los seguidores del Madrid todavía se pueden aferrar a un milagro, y siguen soñando con un triplete que se les va complicando.
Con la reciente victoria, que incluyó un récord, Parece que el técnico Xavi Hernández ya le encontró la medida al Real Madrid. De hecho, desde que se hizo cargo del equipo catalán, ha jugado siete partidos contra la ‘Casa Blanca’, con cinco triunfos y solo dos derrotas, catorce goles a favor y ocho en contra. Esto demuestra que el equipo culé ha recuperado la competitividad que había perdido frente a su eterno rival; de hecho, rompió una larga sequía en el Camp Nou, donde no le ganaba al Real Madrid desde el 28 de octubre de 2018.
El Barcelona va recuperando sensaciones, y de a poco se va consolidando en una temporada en la que ha tenido altibajos. Salió por la puerta de atrás en la Champions League apenas en la fase de grupos, y luego quedó eliminado de la Europa League por un Manchester United que también lucha por volver a los lugares de privilegio. Ante el fracaso en torneos internacionales, la mejor noticia para los seguidores del equipo azulgrana en esta temporada no es otra que ser líderes de la liga española, volver a derrotar a su eterno rival y con eso alejarlo de la lucha por el título. Además, ya festejaron el título de la Supercopa de España y están muy cerca de llegar a la final de la Copa del Rey.
Para el Real Madrid la lucha por LaLiga puede pasar a un segundo plano y podrá enfocar todos sus esfuerzos a clasificar a las semifinales de la Champions, donde se enfrentará al irregular Chelsea, que no logra despegar esta temporada a pesar de ser el equipo que más ha invertido en fichajes durante el 2023 (460 millones de euros). Con ese panorama los hinchas ‘merengues’ dirán que no les interesa el título liguero y que para ellos siempre será más importante la ‘orejona’. Pero, si de algo estoy seguro es que les molesta bastante que LaLiga se la vaya a llevar el Barcelona.
Los recientes partidos frente a su gran rival siguen mostrando que la plantilla del Real es corta y que el tanque de Luka Modric y Toni Kross se ha ido debilitando, que no pueden competir al mismo nivel de antes con esa cantidad de partidos que están jugando. Xavi le ganó la partida a Carlo Ancelotti en el medio campo, y solo cuando el equipo blanco contó con la juventud y dinámica de Eduardo Camavinga junto a Aurélien Tchouaméni se vio en igualdad de condiciones y con un aire diferente. Seguramente el entrenador italiano sigue contando con sus dos grandes referentes, pero pareciera que a esta altura de la temporada les comienza a pasar factura la cantidad de juegos.
También le pesa al Madrid el no contar con un referente en el centro del ataque que pueda reemplazar al veterano Karim Benzema cuando no se encuentre al cien por ciento. El jugador francés viene arrastrando una lesión y, a pesar de eso, Ancelotti, al no contar con un jugador que le dé esa dinámica de juego, ha preferido ponerlo a él.
El resultado del partido ya es una anécdota, así como los videos de uno y otro lado culpando al árbitro. Lo claro es que sí existió fuera de lugar en la jugada de gol anulado a Marco Asensio; eso sí, es una posición adelantada que solo se pita con el VAR, pero esa es la nueva dinámica arbitral y nos toca adaptarnos.
El Barcelona se queda con el clásico y con la esperanza de volver a ganar LaLiga, de ir recuperando el nivel y la confianza que le permita volver a estar en los puestos de honor de Europa. Este equipo sigue en deuda con las competiciones internacionales, donde tiene mucho que aprender de su eterno rival. Si bien el fútbol que tiene le alcanza para ganar en España, donde el nivel es muy irregular, no le alcanza para competir frente a rivales europeos que tienen mayor capacidad y jerarquía. Pero, al margen de esto, es una oportunidad para ir volviendo de a poco.